El caso de "la Manada" se convierte en teatro de denuncia en "Jauría", una obra que dará mucho que hablar esta temporada con su crítica de la cultura de la violación. Sabe el director de escena madrileño Miguel del Arco que en los próximos meses va a estar en boca de todos. "Unos nos van a llamar oportunistas y otros nos dirán que cómo nos atrevemos a llevar esta historia a la escena, pero creo que es obligatorio. Desde el punto de vista antropológico debemos convertir esa costumbre en delito. No puede ser que cinco tíos de bien, guapos, jóvenes, asuman que es normal llevarse a una tía a un espacio de 3x3 para follársela sin que ella pueda pronunciar palabra, que graben vídeos que hacen rular por los colegas, que hagan chistes bestias de 'parece que le diste burundanga'", explica el director de "Jauría", que es un drama escrito por Jordi Casanovas que se estrena el próximo día 25 (20.15 horas) en el teatro Palacio Valdés de Avilés.

"Es teatro documento. Ni una sola palabra que se pronuncia en escena es ficción. Casanovas ha hecho un trabajo dramatúrgico enorme. Las declaraciones son folios y folios. Casanovas corta y pega, pero no inventa nada", explica. Tras el paso por Avilés recalará en el teatro Pavón Kamikaze de Madrid, el centro de cultura privado más influyente del país. "Hemos reservado todos los lunes para que los escolares vean la función. Hay ejercicios para clase. Tenemos que cambiar la tendencia. Después de 'la Manada' vinieron los de Pozoblanco. No sólo copiaron a 'la Manada', vieron normal tirarse a una tía y dejarla ahí tirada", señaló Del Arco. La próxima semana se presume intensa en el Palacio Valdés. Junto a "Jauría" se programan "Port Arthur", un espectáculo que dirige David Serrano, y "Cartas de amor", otra pieza de teatro documento. "La transcripción de un interrogatorio en Australia".