Desde el Museo del Arte de Cataluña en Montjuic se disfruta de unas vistas espectaculares de Barcelona. Allí se celebró la entrega del premio "Planeta". Un cambio de escenario oportuno: el habitual durante años, en la Diagonal, hubiera sido más vulnerable. Un oasis literario en una ciudad que por la mañana había vivido plácidamente hasta que llegó la tarde y comenzaron los primeros disturbios y el Tsunami Democrático envenenó sus aguas. Llamas, cargas, ruido y furia. En el Museo, todo lo contrario. Ni lazos amarillos ni hostilidad palpable. Como mucho, tensión en algunas mesas con comensales poco afines. Las protestas independentistas se quedaron lejos, y eso que en la gala había un auténtico desembarco de autoridades venidas de Madrid: la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; el ministro de Cultura, José Guirao; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; el presidente del Senado, Manuel Cruz. ¿Autoridades catalanas? La alcaldesa Ada Colau, con cara de pocos amigos, y que se esfumó pronto. Desde que Planeta trasladó su sede a Madrid, la Generalitat le dio portazo. No faltó el expresidente Artur Mas, y apareció por sorpresa el exconsejero Santi Vila. El líder del PSC, Miquel Iceta; la portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, y el expresidente de la Generalitat José Montilla también aceptaron estar en un evento donde las perturbaciones políticas dominaron los corrillos y las sobremesas, pero, curiosamente, no se extendieron a la rueda posterior al premio, y eso que el ganador, Javier Cercas, nunca ha vuelto la cara a las preguntas comprometedoras.