Disfrutando al máximo de su relación a pesar de los muchos rumores sobre una 'amistad especial' con el diestro Miguel Abellán, Gloria Camila ha dejado claro una vez más que está feliz y enamorada de su chico, David García, con el que ha reaparecido derrochando complicidad en un evento muy especial para ambos.

Como una más en la familia de su pareja, en esta ocasión la hija de José Ortega Cano acudió a la boda del primo de su novio en Sevilla, en la que también la pudimos ver junto a su suegra con la que demostró tener una maravillosa relación.

Más relajada que nunca y con una sonrisa radiante que demuestra que su noviazgo con David marcha viento en popa, Gloria ha confesado que por el momento, y a pesar de llevar casi tres años de feliz relación, no se plantean ser los siguientes en pasar por el altar: "Pues no, la verdad" ha asegurado, poniendo en un compromiso a su chico - del que él salía airoso con un tímido "tampoco" - al preguntarle ante las cámaras si él ya ha pensado en una posible boda.

Intentando aparcar las polémicas familiares en un día tan especial, la hija de Rocío Jurado ha vuelto a explicar que lo único que le une a Miguel Abellán es una buena amistad, evitando pronunciarse sobre crisis ya solucionada entre su padre y Ana María Aldón y sobre un posible acercamiento entre Rocío Flores y Marta Riesco después de que la reportera haya tendido la mano a la hija de su novio, Antonio David Flores.

Radiante, Gloria Camila se convirtió en una de las grandes protagonistas de la boda familiar gracias a su elegante outfit low cost, con el que demostró que no es necesario gastarse una elevada suma de dinero para ser la invitada perfecta. Un traje sastre rosa fucsia con pantalón tobillero ligeramente acampanado y maxi americana con hombreras abullonadas. Una propuesta de la firma 'Atelier Badajoz' todavía disponible en su web por 99 euros.

Un diseño tan versátil como estiloso, muy similar al que la propia Gloria lució en el homenaje a Rocío Jurado en Chipiona celebrado el pasado 29 de mayo - en lo que fue interpretado como un involuntario guiño a su hermana - y que, inevitablemente, nos ha recordado al traje fucsia con el que Rocío Carrasco rompió su silencio en su desgarradora docuserie, 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'.