Cualquiera que conozca un poco a la entrañable Enedina García, sabe bien que aunque los años le hayan obligado a retirarse del mando ante los fogones, es inevitable que se pase por las cocinas a ver como va ese «concierto de potas y cacerolas» donde, desde primera hora, huele a pote asturiano y a fabada, entre otros platos tradicionales asturianos que han dado sobrada fama a Casa Generosa, primero chigre sencillo y con los años convertido en bar y restaurante en Pedroveya.  Es justo este hermoso pueblín quirosano lugar de llegada de cuantos, a pie, realizan una de las rutas más conocidas de la zona: la de las Xanas. Es prao píndio, último tramo que separa al caminante de los bancos de la iglesia, se hace menos interminable cuando se sabe que a 300 metros está preparada una mesa para disfrutar de una bien elaborada cocina casera. Enedina es una institución entre las cocineras de toda la vida, un reconocimiento fruto de un trabajo intenso cuyo legado han recogido las nuevas generaciones. "Yo creo que es muy importante celebrar el 8M porque las mujeres llevamos trabajando toda la vida, fuera y dentro de casa. A nosotras nadie nos regaló nada, solo el trabajo y las jóvenes tienen que valorar lo que hemos conseguido", reclama.