Como si fueran un cortejo fúnebre, la agrupación "Sos Hostelería" entró a la Plaza del parche de Avilés para pedir soluciones esta mañana: "De luto, por la hostelería", rezaban carteles y esquelas. Ritmo de tambores y bandejas como si fuera una procesión y todos vestidos de negro. Incluso había quienes paseaban esqueletos. Allí ya se habían reunido comerciantes, vendedores ambulantes y representantes del sector turístico; los grandes damnificados por la crisis que se sumaban a la manifestación en todos los Ayuntamientos de España convocada a nivel nacional, y en Avilés organizada por Otea, la Cámara de Comercio y la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca.

En la plaza se aglutinaron diferentes sectores, pero la reivindicación y la finalidad era la misma: sobrevivir. Los comerciantes minoristas, por su parte, solicitaron continuidad en las ayudas, aunque pudieran abrir porque "con el autoconfinamiento, las ventas caen en picado". La hostelería, ya que no puede abrir, pide exenciones en las tasas municipales: agua, basuras y terrazas. Las agencias de viajes, con la asunción de que no iban a quitar el pestillo, clamaban por compensaciones. Y los vendedores ambulantes iban en la misma línea que los hosteleros: "ya que no nos dejan vender, al aire libre, en un sitio donde no hay virus, que por lo menos nos quiten de pagar", señalaba José Pérez, uno de sus representantes.