Ahora que Juan Antonio Bayona, con «La sociedad de la nieve», ha rescatado del cajón una de las historias de supervivencia más increíbles que se recuerdan, son muchos los que deciden deshacer los pasos que dieron a mediados de diciembre de 1972 Roberto Canessa y Fernando Parrado. Ambos supervivientes de lo que se conoce como «El milagro de los Andes», salieron entonces en busca de ayuda para tratar de rescatar a sus catorce compañeros que seguían dentro del fuselaje del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en el Valle de las Lágrimas, y caminaron durante diez días con el único alimento de la carne que pudieron rescatar de los cadáveres de sus compañeros fallecidos.

Un peregrinaje que ha llevado a cabo Pablo Roza, un sierense devoto de la historia de los «rugbyers» uruguayos y del Real Oviedo. Lo hizo porque ama todo lo que envuelve al accidente, pero también como homenaje a su mejor amigo, Félix Llaneza, asturiano fallecido en 2018 en Perú tras ser víctima del mal de altura en la montaña mientras se encontraba ayudando a los locales con una ONG