Después de casi nueve meses de intensos trabajos por parte de un ejército de más de 60 operarios, el Naranco luce como nuevo para deleite de senderistas locales y turistas. Los trabajadores del plan de empleo local iniciado en diciembre apuran las últimas jornadas de unos contratos que espiran el próximo martes para culminar las labores de acondicionamiento de neveros, búnkeres, trincheras y alrededor de 62 kilómetros de sendas distribuidas en seis itinerarios llamados a servir de reclamo para visitar al totémico monte.