La actuación, ejecutada por la empresa Ogensa con una inversión de 4,47 millones de euros, culminó esta misma semana con las últimas pruebas de funcionamiento de la nueva fuente monumental. El aspersor, dotado de iluminación de todos los colores y un sistema de wifi para regular sus juegos acuáticos y de luces, completó la nueva plaza de 5.000 metros cuadrados de superficie, cuya distribución ha permitido triplicar el número de árboles en el entorno y ganar miles de metros de zonas verdes.

El espacio está llamado a convertirse en un punto de tránsito de peatones, así como un lugar de esparcimiento y descanso para vecinos. Aunque hasta ayer la plaza permanecía acordonada por cintas, en los últimos días se ha podido ver a algún paseante utilizando los nuevos bancos de diseño para leer o o comer un tentempié con unas vistas hasta ahora inéditas en la capital asturiana. La plaza se abría hoy al público aunque el ayuntamiento planea la organización de un gran concierto para su inauguración oficial "cuando mejore el tiempo". Según Alfredo Canteli "hoy es un día histórico que sitúa a Oviedo al nivel de las grandes ciudades de España y de Europa". Según el regidor el resto de las obras de la nueva entrada a la ciudad van al ritmo previsto y estarán listas en el plazo anunciado.

Las principales pegas a los cambios realizados llegan por parte de conductores que afirman haber notado un aumento de los atascos desde que la antigua plaza circular tomó su forma ovalada. "Yo siempre recuerdo a la gente que hay otros accesos a la ciudad, está la ronda Sur por ejemplo", explicó. "Oviedo es una ciudad que casa vez atrae a más gente y por eso hay atascos pero son cada vez más asumibles", aseveró a preguntas de los periodistas.