“Es tan maja como parece por la tele. Nosotros nos quedamos flipando cuando la vimos”. Fifi Álvarez, del Club del Mar de San Juan de Nieva, no podía creer lo que veían sus ojos esta mañana. De repente, a escasos metros de sus pies, tenía a Meryl Streep, reciente ganadora del Premio "Princesa de Asturias" de las Artes. “Casi no me lo podía ni creer”, aseguraba.

“Estuvo un buen rato paseando por la playa, tranquilamente. Iba con su hermano y su equipo de seguridad, nadie la molestaba”, indica Álvarez, que recuerda con perfecta nitidez el momento en el que su hijo la avisó. “Yo no estaba en el bar, pero mi hijo la vio y nos dijo que viniésemos. No quisimos llamar a mucha gente, para no molestarla y que se sintiese a gusto”, explica la hostelera, que justo hace unos días había visto una de las películas que encumbró a Meryl Strepp, “Los puentes de Madison”. “Es tan agradable como se ve por la tele. Se notó cuando bailó con las gaitas o durante estos días, es encantadora”, asegura.

El problema llegó cuando se corrió la voz de la presencia de la afamada actriz en San Juan de Nieva. “Yo creo que iba a tomar algo aquí, pero llegaron unos cuantos curiosos, se fue”, indica Álvarez, que nunca olvidará la presencia de Meryl Streep en las dunas del arenal castrillonense. “Hombre, nadie se levanta de la cama imaginando ver a alguien así justo enfrente de tí”, bromea.

El "cazaautógrafos" Ander Azcárate fue de testigo de los planes de la actriz en el día de ayer, tras verla salir del hotel Reconquista. La actriz tuvo oportunidad, en el paso del vehículo por la ronda del Puerto de Avilés, de disfrutar de las curvas del Centro Niemeyer, a la orilla de la ría.

Azcárate y sus compañeros se percataron que la furgoneta de Meryl había aparcado en el estacionamiento próximo al Club de Mar de San Juan de Nieva, pero su personal de seguridad les invitó a seguir de largo. Desde Salinas optaron por iniciar el camino hacia las dunas de San Juan donde la actriz se encontraba ya dando un paseo. «Intentamos hablar con ella, nos dijo que nos iba a firmar un autógrafo. Al final, cuando se iban ya bajó la ventanilla del coche y nos dejó hacerle una foto», relató el «cazaautógrafos».

Meryl Streep puso rumbo hacia el aeropuerto, de vuelta a Nueva York, tras un breve respiro junto al Cantábrico, después una intensa semana de actividades en Asturias, que ha vivido plena de emociones.

Como sus fans, que han estado pendientes de ella hasta el último kilómetro antes de volver al avión.