Los vendedores del mercado de los martes de Pola de Siero reclaman al gobierno local regresar a sus ubicaciones habituales en la plaza tras el fin del estado de alarma. Las zonas que la veintena larga de zabarceros tenía acotadas en el entorno están ocupadas desde hace más de un mes por terrazas de bares y cafeterías. El Ayuntamiento poleso estableció ese cambio ante las restricciones sanitarias que impedían consumir en el interior de los locales, pero, una vez superada esa etapa, la reordenación de la plaza sigue vigente.

María Celsa Villabona, vendedora en el mercado de los martes desde hace 35 años, se queja de la estrechez del nuevo emplazamiento, con escaleras en las inmediaciones y el “humo” de los taxis: “Nosotros estamos cinco horas en la plaza y las terrazas de las cafeterías, seis días y medio”.

Otra de sus colegas de profesión, María Encarnación Vallina, asegura haber perdido clientela por la reordenación de espacios, además de que “vende menos y pasa mucho frío”.

En el punto medio, el vendedor Marcos González, concede que “todos tenemos derecho a la venta”, pero cree que sería bueno que el Ayuntamiento les buscase una ubicación con más espacio: “Aquí estamos apelotonados”.