Entre lágrimas y sin apenas poder articular palabra por la emoción. Así ha sido el reencuentro entre la niña Ania Romanenko, de 14 años, acogida en Asturias desde hace unas semanas por una pareja de agentes de la Policía Nacional, y su madre y su hermano, que se habían quedado en Kiev. Ayer llegaron al aeropuerto de Barajas y en la misma terminal de llegadas se produjo el momento que llevaban esperando en medio del miedo, la lejanía y la esperanza: la madre, Lyudmyla Starovoit, aterrizó en Madrid con su hijo pequeño, Misha, de cuatro años, y ambos pudieron por fin abrazarse a Ania, una "niña de Chernóbil" que lleva desde los seis años pasando sus vacaciones en el Principado. El reagrupamiento familiar se ha producido por mediación de la ONG Expoacción, que está buscando ya alojamiento para la madre y sus dos hijos. Esta tarde, y de forma temporal, llegarán a la localidad piloñesa de Coya, donde residen los padres de acogida de Ania, los policías Lorena Escobio y Rubén Estúñiga.