Lioba Simon, (además de miembro del patronato de la Fundación Foro Jovellanos y de la asociación Ultreia para el fomento de los Caminos Jacobeos Medievales en Stuttgart), decidió transcribir y traducir el diario que su padre escribió durante el camino. Con él acaba de ganar el III Premio “Alfonso II, los diarios del Camino” convocado por la Fundación Valdés-Salas y la Universidad.

Un galardón que no puede ser sino un orgullo para Lioba Simon, su madre y sus cuatro hermanos y, por supuesto, uno de los mejores homenajes al cabeza de familia, quien en 1980, cuando echó a andar desde Oviedo, fue visto como un “excéntrico” por todos: mujer e hijos, amigos y el resto de la sociedad. “Resultó ser una empresa de lo más singular. Cuando nos lo contaba a mis hermanos y a mi madre era como si nos hablara de ir a buscar petroglifos a la Luna”, comenta con humor su hija, que en 2008 entregó junto a su madre más de 200 ejemplares de la biblioteca paterna relacionados con el Camino al Centro de Estudios Jacobeos de Carrión de los Condes (Palencia)