De Maliayo a Villaviciosa: los misterios aún sin resolver de un radical y sorprendente cambio toponímico de hace siete siglos

La sustitución exprés de una denominación por otra pudo haber sido la primera gran operación de marketing para captar población de la historia del concejo

Imagen aérea de Villaviciosa.

Imagen aérea de Villaviciosa.

José A. Ordóñez

José A. Ordóñez

Década de 1340. Hace casi setecientos años. Ese es el momento en el que el historiador Álvaro Solano Fernández-Sordo sitúa el momento en el que el topónimo Maliayo (o Pola de Maliayo) es sustituido con gran rapidez por el de Villaviciosa. Se trata de un cambio exprés y "radical", cuyas causas concretas siguen siendo una incógnita siete siglos después. En su monumental obra sobre la Edad Media en el concejo, el propio Solano apunta: "Desconocemos si se debe a una decisión expresada por el poder superior en que pudiera o no mediar una petición de los vecinos, pues, en principio, en el caso de una villa de realengo como es ésta, solo podría partir de la iniciativa regia". En consecuencia, para el historiador, no puede afirmarse que se trate de un cambio "espontáneo", aunque sí "radical" y "sumamente rápido", sin que apenas se registrase un periodo de convivencia entre los dos topónimos.

En todo caso, el experto apunta que en este proceso de cambio de denominación lo que se quiso tal vez fuera sustituir el nombre tradicional por "poco grato" y adoptar "otro más acertado, que permita una buena publicidad con solo evocarlo". Sería, de ser cierta esta hipótesis, la primera gran operación de marketing de la historia del concejo, por cuanto en la Edad Media el término Villaviciosa se refería a un terreno rico y fértil, ideal para la implantación de nuevos pobladores.

Aunque resulta imposible fijar el momento exacto en que se produjo la sustitución de Maliayo por Villaviciosa, es en la documentación de mediados del siglo XIV donde Solano encuentra la primera y última mención escrita de ambas denominaciones. La forma tradicional se mantiene en diferentes acepciones hasta 1343-1344. Así, un documento fechado el 18 de febrero de 1343 se cita a a Pero Álvariz, como "notario público del rey enna Pobla de Maliayo". En otro de marzo de 1347 aparece un tal Pero Peláiz, "morador en Pinnera de Morvís, que ye en Maliayo". Sin embargo, en marzo de 1347, nos encontramos que en una venta al monasterio de San Bartolomé de Nava interviene "Andrés Périz, escussador por Alvar Rodríguez, de Villaviciossa". En otro documento, anterior al 24 de agosto de 1346, también hay ya una referencia en una manda testamentaria a una casa "enna puebla de Villaviciosa".