¿Cuánto cuesta producir faba asturiana?: un estudio del Serida revela lo que supone para los agricultores

Cosechar un kilo sale por una media de 5,5 euros, aunque las cifras varían en función de las zonas geográficas de Asturias

Guillermo García, técnico del Serida, durante la presentación del estudio en la Casa de los Hevia de Villaviciosa

Guillermo García, técnico del Serida, durante la presentación del estudio en la Casa de los Hevia de Villaviciosa / Alicia García-Ovies

Producir faba asturiana en una explotación profesional y en condiciones normales tiene un coste medio de 5,5 euros el kilo. Así se deduce del último estudio de casos reales realizado por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) en el que han participado una decena de agricultores de distintos puntos de Asturias y que se presentó este viernes en el marco de las Jornadas Gastronómicas de Les Fabes de Villaviciosa.

La investigación revela como en los últimos años el sector ha avanzado hacia una profesionalización que cada vez hace más viable vivir cultivando tan solo faba asturiana. En 2007, fecha del último estudio de estas características, la superficie media dedicada a este cultivo era poco más de media hectárea; solo había dos productores con más de cinco hectáreas. En 2021 era el doble.

“La mayoría de las explotaciones tienen un tamaño adecuado para que la faba sea la actividad principal, o incluso la única”, aseguró Guillermo García, técnico del Serida encargado de la investigación. Solo hay que ver los datos de los participantes en el estudio, más de la mitad superan las tres hectáreas establecidas por el Principado para poder entrar en la IGP.

Esta profesionalización va acompañada a su vez de un uso más racional de la maquinaria y la consolidación de la mecanización de algunos procesos, muestra del interés que los productores tienen por ser cada vez más competitivos. La investigación tuvo en cuenta, entre otros aspectos, los costes de la Seguridad Social, seguros, arrendamientos, edificaciones, instalaciones, vehículos y maquinaria, materiales, mano de obra… No se incluyeron, en cambio, los gastos de venta. Es decir, el envasado, etiquetado o distribución.

En todo momento, García se mostró prudente con unos resultados que “no se pueden extrapolar como norma general”. “Hay que afinar y precisar más en cada zona. Por ejemplo, en Las Regueras que tienen suelo arcilloso tienen que tener riego, hay que sembrar primero…”, explicó. En ese sentido, adelantó que el Serida va a trabajar de la mano de la IGP en elaborar un estudio teórico que pueda compararse con los resultados de este análisis de casos reales con la intención de tener una base con la que orientar a los agricultores.

Tras la charla del Serida, tuvo lugar una mesa redonda organizada por la Cofradía de Amigos de Les Fabes y en la que participaron Pedro Morán, de Casa Gerardo; Joaquina Rodríguez, de Casa Chema; María de la Bustia, Casa Eutimio; y David Castañón, de Les Fartures. Estuvo moderada por Víctor Berdasco, integrante de la cofradía.