Bruselas decidirá a principios de 2024 si rechaza la DOP de la sidra vasca como le pide Francia

La sagardoa se comercializa ahora con una marca como la asturiana, pero provisional a la espera de la decisión europea

Una sidrería del País Vasco.

Una sidrería del País Vasco. / Miki López

José A. Ordóñez

José A. Ordóñez

La Comisión Europea (CE) sigue analizando la propuesta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que la sidra vasca logre una Denominación de Origen Protegida (DOP) como la que tiene la asturiana desde hace años, así como el recurso presentado por Francia contra la posible concesión de esta marca de protección comunitaria. Tras haber invitado a las partes en litigio a exponer sus posturas, la Comisión acordó el pasado 27 de septiembre prorrogar durante tres meses el plazo para dar una respuesta. En consecuencia, y si se cumple el calendario, la decisión debería estar lista a finales de este mes o, más bien, a comienzos de enero de 2024, dadas las fechas navideñas.

Las razones concretas del rechazo de Francia a que la sagardoa (sidra en vasco) logre la de nominación de origen no han transcendido, aunque todo indica que se centran en que carecería de la singularidad que Europa exige para conceder la marca. Ya en 2018, LA NUEVA ESPAÑA se hizo eco de las reticencias que Bruselas había expresado a una hipotética DOP para Euskadi con el argumento de que su bebida no contaría con el suficiente carácter diferencial. Para que Asturias lograra la denominación resultó determinante el escanciado, algo que no se hace en ningún otro territorio sidrero de Europa. A juicio de la Comisión, los vascos deberían haber dirigido sus esfuerzos hacia una Identificación Geográfica Protegida (IGP). Es una figura que encajaría mejor en su producto, al ser menos exigente que la DOP, y que hace unos meses logró Portugal para la sidra que se elabora en la isla de Madeira.

A iniciativa de un grupo de operadores del sector y del gobierno vasco, el Ministerio de Agricultura presentó ante la Comisión Europea (CE) el 11 de mayo de 2017 la solicitud de registro de la denominación de origen para la sagardoa. De acuerdo con la normativa en vigor, la Consejería de Desarrollo Económico de Euskadi aprobó una protección transitoria de escala nacional en julio de ese mismo año. Como consecuencia, desde entonces se autoriza a comercializar bajo la marca "Sidra del País Vasco / Euskal Sagardoa" a aquellos elaboradores que cumplan el pliego de condiciones incluido en la solicitud a Bruselas, pero siempre a la espera de la decisión definitiva de la Comisión Europea.

Pese a que la petición de la DOP para la sidra vasca ya había sido rechazada inicialmente por la Comisión en enero de 2022, el proceso siguió adelante y la solicitud oficial para que obtenga el reconocimiento de calidad comunitario se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado enero. Bruselas abrió de inmediato el preceptivo plazo de presentación de alegaciones en el que, por sorpresa, Francia comunicó su oposición a la petición de inscripción definitiva de la marca "Sidra del País Vasco / Euskal Sagardoa". El país galo es una de las potencias elaboradoras de Europa, con una notable y arraigada producción en regiones como Bretaña o Normandía.

A la espera de lo que pueda decidir Europa en el plazo de unas semanas, están acogidos a la protección transitoria de la sidra vasca medio centenar de elaboradores, fundamentalmente de Guipúzcoa. La producción de 2022 en Euskadi fue de 1,2 millones de litros, la mitad de la que salió de los 33 llagares asturianos controlados por el consejo regulador de la denominación de origen en una campaña afectada negativamente por la vecería. La elaboración de la sagardoa se permite con 115 tipos diferentes de manzana, mientras que en Asturias la DOP incluye 76 variedades autóctonas.

Singularidad

En la documentación remitida a Bruselas por el Ministerio de Agricultura para solicitar la DOP para la sidra que se elabora en el País Vasco se incide en sus diferencias con otras, muy especialmente con la asturiana, para intentar probar ese carácter específico de la sagardoa que reclama la Comisión Europea para dar de paso la petición. Así, por ejemplo, se subraya que "las sidras naturales asturianas pierden con rapidez el CO2, tienen un aspecto más transparente, en nariz son menos frescas y, en boca, son más ligeras, con menos grasa y untuosidad, por lo cual se nota más la astringencia".

Respecto a las sidras del Reino Unido, las francesas de Bretaña y Normandía o las que se elaboran en Alemania y EE. UU, los vascos sostienen que sus caldos "son más transparentes y no tienen las burbujas de CO2 tan mezcladas con el líquido, formando espuma tipo crema". "El color también es diferente al de la Euskal Sagardoa / Sidra del País Vasca, debido a que tienen mezclas de otras frutas y manzanas de mesa", destaca el informe, para añadir que en el olor y el sabor de esas elaboraciones foráneas "aparecen aromas y sabores procedentes de variedades de manzana de mesa, frutas diversas o aromas añadidos, y no tienen la acidez volátil (ácido acético) característica de las sidras vascas". La Comisión Europea tiene la última palabra.