La Portalina, profeta en Villaviciosa: la asociación de comerciantes nombra socios de honor a los impulsores de la panadería

"Es muy bonito que te reconozcan en casa", destaca la familia, que ha convertido sus elaboraciones en unas de las más premiadas del sector

Loli Valdivares y su hijo Omar Sánchez en la panadería

Loli Valdivares y su hijo Omar Sánchez en la panadería / Alicia García-Ovies

La panadería La Portalina recibirá este año la distinción de la Asociación de Autónomos, Comerciantes y Servicios de Villaviciosa (Acosevi). La junta directiva ha decidido reconocer el trabajo de quienes, a través de varias generaciones, han conseguido convertir el establecimiento en un referente tanto regional como nacional. Personas como Loli Valvidares, que, junto a su marido, decidió apostar por un negocio sobre el que al principio no tenía ninguna noción y al que todavía hoy, más de cincuenta años después, sigue vinculada. Y como su hijo, Omar Sánchez, cuya gestión les ha permitido lograr numerosos reconocimientos de prestigio por la calidad de sus panes.

“Estamos muy contentos. Que te reconozcan en casa muchas veces en casi más complicado a que lo hagan fuera; en este caso además que lo hagan los compañeros del pueblo es muy bonito”, reconoce Sánchez, que recogerá el galardón junto a su madre este viernes a partir de las 20.30 horas en El Gallineru, donde la asociación celebra este año su día del socio.

La Portalina es uno de esos establecimientos que todavía guarda la esencia de los negocios de siempre. Loli Valdivares se hizo cargo de su gestión en el año 1972 junto a su marido Hermino Sánchez. Ambos buscaban una razón que les permitiese regresar a Asturias desde Inglaterra y “se les presentó la oportunidad”. Ninguno había elaborado pan en su vida, pero decidieron lanzarse a la piscina. Poco a poco fueron formándose, aprendiendo y creciendo.

Durante años, Valdivares trabajó sin descanso detrás del mostrador de la panadería, en la que a día de hoy todavía es habitual verla a pesar de que ahora es su hijo quien está al frente del negocio. Sánchez se formó en Gestión Comercial y Marketing, pero cuando su padre le trasladó su decisión de jubilarse tuvo claro que él tomaría la riendas de la panadería. Se mudó a Madrid y estudió en la escuela de panadería porque “no servía de nada venir y aprender cómo hacían el pan aquí, eso no me permitiría criticarlo ni mejorarlo”.

Esa dedicación la ha mantenido a lo largo de los años y le ha permitido conseguir tres “Estrellas de panadería”, el equivalente en restauración a las “Estrellas Michelín”, que se entregan en función de la calidad del producto, su presentación y la atención al público. Además, en 2021 Sánchez fue reconocido con la Miga de Oro del Principado, como mejor panadero de Asturias tras una cata a ciegas.

El secreto de este éxito, dice, es el “tiempo” y la dedicación que pone cada día para elaborar los mejores productos. “Un buen pan, tanto con masa madre o con poca levadura , tiene que tener una larga fermentación y una buena cocción. Además de estar hecho con buenas materias primas. Es un producto que se consume a diario y es importante que sea nutritivo a parte de sabroso”, explica.

Porque el pan, defiende, es un producto nutritivo. “Creo que hace años hubo un fallo por parte de los propios panaderos de vender el pan como un alimento sabroso, pero sin preocuparse demasiado por hablar de sus bondades. El pan es un producto que nutricionalmente cuando está bien hecho tiene unas características nutricionales. No se hace un pan en quince minutos”, explica.

En su caso, además, intentan siempre innovar para ofrecer al cliente un producto con la misma esencia, pero diferente. La Portalina fue la primera panadería en Asturias en certificarse para poder vender “Pan del paraíso”, una iniciativa impulsada por la Asociación de Panaderos viendo el tirón que tenía la marca “Alimentos del Paraíso”. En este caso, está elaborado con parte de harina semiintegral, fermentado con masa madre de cultivo, de larga fermentación, hecho a mano y cocido en horno de piedra. Al final “no deja de ser un pan bien hecho”, como todos los que se pueden encontrar en la panadería maliayesa.