Jacoba Álvarez, un cuarto de siglo endulzando a Villaviciosa: "Ponemos corazón y calidad en todo lo que hacemos"

Al frente del obrador del Café de Vicente, que abrió hace 25 años con su marido, es un referente en la comarca que agota existencias por su buen hacer y fama de local acogedor y familiar

Jacoba Álvarez con dos roscones de Reyes.

Jacoba Álvarez con dos roscones de Reyes. / Alicia García-Ovies

La Navidad ha dejado un gran sabor de boca en Villaviciosa. Los establecimientos maliayeses han registrado una gran campaña festiva, con establecimientos llenos y productos agotados. Es el caso de la Pastelería del Café de Vicente, que triunfa desde hace veinticinco años con sus propuestas navideñas. “Ha sido una campaña muy buena, hemos tenido muchísima gente. Hemos vendido muchos kilos de turrón, de mazapanes, de trufas... De roscones de Reyes tuve que cortar los pedidos porque ya no podíamos coger más; no damos abasto”, reconoce Jacoba Álvarez, artífice de cada una de las elaboraciones que salen del obrador.

La temporada navideña es, para ella, la más intensa. Comienza a cocinar los dulces a principios de diciembre, aunque previamente se encarga de tener todos los ingredientes preparados. “Son la base para conseguir un buen resultado. Nosotros solo usamos primeras calidades”, asegura. Eso, sumado “al corazón” con que prepara cada una de sus elaboraciones da como resultado postres que hacen las delicias de sus clientes. No es de extrañar, por tanto, que muchos de ellos dejen encargado su roscón de un año para otro. “Además de esos, esta temporada los primeros encargos llegaron ya en octubre”, apunta.

Degustar este dulce como colofón a las navidades se ha convertido en una tradición que cada vez gana más adeptos, pero que conlleva un enorme esfuerzo para quienes se encargan de elaborarlo. “Son 48 horas sin parar”, indica la maliayesa. La masa tiene que fermentar de doce a catorce horas antes de poder fraccionarse y volverse a dejar fermentar en el horno para cocer. En su caso, además, ofrecen dos tipos distintos. Uno de hojaldre y otro, más especial, de brioche. “Es como un bollo sin ningún tipo de aditivo”, explica.

Si bien el roscón en su producto estrella en su carta no faltan otros dulces típicos de las fiestas como los mazapanes, las glorias de yema, las nueces glaseadas, los polvorones... Además de todos aquellos que mantienen durante todo el año como los cruasanes, las jacobitas, las magdalenas o los bizcochos.

A pesar de lo "durísima” que es la hostelería, para Álvarez el esfuerzo acaba siendo al final “muy gratificante”. “Es muy sacrificado, te tiene que gustar, pero a satisfacción es muy grande”, asegura. No en vano lleva dedicándose al sector desde los 13 años. Comenzó en un restaurante en Lastres, hasta que conoció a su marido, Vicente Alonso, y ambos decidieron hacerse empresarios dando vida a lo que hoy en día es el Café de Vicente. Un establecimiento que en 2023 hizo 25 años siendo un referente en la hostelería de Villaviciosa.