Mis ojos lo han visto

Luis Rivaya

Luis Rivaya

Estar muchos años al frente de “una televisión de pueblo” (…y para el pueblo, que decía yo), significaba convivir de cerca de los grandes protagonistas de nuestro canal -niños y mayores- que siempre eran los más graciosos y felices, pues con su humor natural, alegraban toda la programación semanal. Por aquel entonces, hablo de los albores de este siglo XXI, ya existían los rifirrafes políticos entre algunos de nuestros gerifaltes sidreros que proporcionaban más de una tensión o mosqueo entre partidos y que nosotros ‘suavizábamos’ en nuestra oferta televisiva con programas infantiles grabados en diferentes guarderías, escuelas y colegios…

Los niños, niñas y hasta los socios de cualquier ‘Hogar del Pensionista’ de los seis concejos de la Comarca de la Sidra siempre daban mucho juego para NTV Nuestra Televisión. Con desparpajo y a base de salidas espontáneas todos ellos eran capaces de cambiar el estado de ánimo no solo de los telespectadores sino, también, de nosotros mismos. De alguna manera conseguían convertir en sonrisa la seriedad y cara de cabreo que en muchos momentos habían dejado las diferentes trifulcas de nuestros políticos amateurs (en general).

Les aseguro que dedicar más de la mitad de mi vida a ese medio profesional me ha hecho ser un privilegiado por todo cuanto me ha permitido vivir. Aquel trabajo iniciado en Nava en 1996 fue una auténtica ‘escuela de vida’ que me empujó a conocer a muchísimas personas de todo rango y condición social (famosos incluidos), abriéndome sin darme cuenta, un montón de puertas que ni por lo más remoto, jamás hubiera pensado en abrir. Pues bien. Con todos estos antecedentes hoy me tiro de cabeza a la piscina consciente de que sé bucear y con los ojos bien abiertos.

Como quien dice y a velocidad rallye entre unas cosas y otras, ya se ha pasado más de un cuarto de siglo de aquellos comienzos difíciles y escabrosos para mí a pesar de toda la ilusión que Maribel mi esposa y yo habíamos puesto en aquel proyecto totalmente privado y prácticamente pionero, para la zona centro oriental de Asturias tal y como rezaba bajo el nombre de MASCOAS, la mancomunidad de servicios creada en principio, para los municipios de Nava, Bimenes, Sariego y Cabranes a la que posteriormente se sumarían Villaviciosa y Colunga.

Con el fin de llegar lo antes posible a los tiempos actuales fue hace ocho meses (el pasado agosto), cuando me reuní para charlar y arreglar el mundo con dos de mis mejores amigos: José Ortega y Javier López. Posiblemente algunos recuerden aquel artículo titulado “El verano te permite pensar” en esta misma sección. Los tres habíamos salido de “Fort Apache” interpretando a “John Wayne” Ortega, “Henri Fonda” López… y yo que también participaba en la ficción pero sin nombre de ningún actor. Tal vez fuese “Lee Aaker” Rivaya -el Cabo Rusty- que tenía un perro pastor alemán más listo que yo llamado “Rin Tín Tín”.

Pues bien. Esta última semana nos hemos reencontrado adentrándonos en el municipio hermano de Cabranes que, tal vez no tenga “les fabes maravilloses de la Villa” (que está en plena Feria hasta esta tarde), pero que “tien otres munches coses” como y sin ir más lejos, un maravilloso “Arroz con Leche” que los próximos días 10-12 de mayo celebrará su XLV Festival multitudinario (45 aniversario), dedicado a tan exquisito y tradicional postre asturiano.

Por el verde y frondoso paisaje cabranés llegamos hasta Torazu, ese Pueblo Ejemplar de Asturias que acogió a los entonces todavía Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, aquel 25 de Octubre de 2008. Además, también está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España desde 2016 con dos fiestas populares y de gran tradición y arraigo: “El Carmen” (último domingo de agosto), y el Festival de la “Boroña de Forna”, a primeros de junio.

Tras una exquisita comida en Hostería de Torazo disfrutando de unas vistas y un servicio impecable (gracias Lucía), aproveché para mostrar a mis dos acompañantes algunos de los rincones y entresijos del hotel-spa, pues no en vano fueron muchos años trabajando en materia audiovisual con sus primeros propietarios Paco Gómez, Basilio Gallego y el querido y desaparecido pocos meses después de la inauguración en el año 2005, el asturiano Carlos García Rodríguez que había sido concejal popular en Villaviciosa.

Mis ojos lo han visto en la actualidad y les aseguro que José y Javier quedaron prendados con la belleza y servicios (helipuerto incluido), que ofrece este complejo hostelero que, frente a su fachada tiene otra joya como es la capilla de Nuestra Señora de Sienra que bien puede ser el punto de inicio para un paseo inolvidable por los rincones de un lugar maravilloso salpicado de hórreos y paneras así como de varias casas de emigrantes o indianos. A eso de la media tarde dejamos Torazu y nos encaminamos hacia Santolaya, la capital del concejo…  

El sol seguía guiando y calentando nuestra escapada por Cabranes (con “N” naturalmente), mientras se iba alejando hacia el oeste en busca de su ocaso. Pero, como se dice hoy en día, la despedida de una buena comida, sin “digestivos” para rematarla, le hace perder todas las estrellas Michelin que hubiera podido cosechar. La terraza de un clásico como es “Casa Joselu”, frente al Ayuntamiento, nos permitió conocer gracias a la ayuda de mi amiga Ana Lloris, las últimas novedades del concejo.

Al parecer, el mercadillo iniciado hace unos años conocido como “El Tenderete” funciona muy bien y atrae a mucho público. Cabranes ha recuperado su esencia con nuevos y jóvenes vecinos que están aportando vida a toda la zona. Recuerdo -y volviendo al principio- como la escuela del pueblo iba a desaparecer hace años al no haber niños en Cabranes. Solo había tres alumnos. Vine entonces con la tele a grabar lo que estaba ocurriendo. Los vecinos se afanaban por mantener las aulas abiertas así como la casa del maestro que se encontraba encima.

Otro día, gobernaba Alejandro Vega -actual alcalde de Villaviciosa- grabé la inauguración del primer parque infantil de Santolaya que seis o siete niños tuvieron la suerte de estrenar. Era el “Día de los Inocentes”, el 28 de diciembre de 2006 y los pocos niños y niñas del pueblo fueron felices con semejante y maravillosa inocentada…

Me tocó hacer muchos reportajes en esta dulce tierra de la Comarca de la Sidra en la que tenía muchísimos amigos jubilados (algunos verdaderos artistas), que se afanaban por transmitir las tradiciones a los jóvenes escolinos. De aquella surgió el primer video asturiano del programa “Rompiendo Distancias” (volvía a ser pionero). La consejera Pilar Rodríguez recibió el primero que salió de mi productora.

Desgraciadamente, las personas mayores nos fueron dejando, pero su legado quedó bien registrado en los programas intergeneracionales como fue, por ejemplo, “Testigos del siglo XX en el siglo XXI”, que lógicamente conservo en archivo… Y esta semana la población infantil en Cabranes suma ya cuarenta (40), niñas y niños. Todo un ejemplo no solo para Asturias sino para todo un país y precisamente cuando a diario se escucha que tenemos “más perros y gatos que niños”.

Algo no estamos haciendo bien y mis ojos lo han visto a un paso de Villaviciosa, donde también está viniendo la cigüeña.