Valdediós y Santa Eulalia de Abamia reciben la visita de los Amigos del Reino Astur

El grupo, delante de Santa Eulalia de Abamia.

El grupo, delante de Santa Eulalia de Abamia. / LNE

A. R.

Los Amigos del Reino Astur cuentan por éxitos sus convocatorias y en menos de un año desde que iniciaran sus recorridos culturales por la región ya alcanzan el medio centenar de interesados que se suman a sus salidas.

La asociación, implicada en dar a conocer el patrimonio y la historia regional y en promover y fomentar la investigación, la divulgación y la puesta en valor del Reino de Asturias desde que nace con Pelayo hasta que se traslada a León en el año 910, así como de los territorios que lo configuraron en esos casi dos siglos, cumplió en mayo su salida otro enclave singular asturiano. Si en abril había tocado visitar Valdediós (Villaviciosa) –deteniéndose especialmente en conocer el «Conventín», uno de los monumentos representativos de la arquitectura prerrománica asturiana, cuya construcción se atribuye a Alfonso III el Magno–, el pasado mes les esperaba Santa Eulalia de Abamia, en Corao. Donde durante siglos estuvieron enterrados Pelayo, su mujer Gaudiosa y la hermana de este, Ermesinda. Antes de llegar a Corao se hizo parada en Cangas de Onís para visitar la Iglesia de la Santa Cruz. Posteriormente se realizó otra en el Palacio de los Noriega, para conocer la historia del inmueble y donde la familia obsequió a la Asociación con un libro sobre sus antepasados.

Valdediós y Santa Eulalia de Abamia reciben la visita  de los Amigos  del Reino Astur

En el interior de Valdediós. / LNE

En Corao esperaban al grupo varios miembros de la Asociación de vecinos, ya que con la visita los Amigos del Reino Astur quisieron apoyarles en su candidatura, por primera vez, al premio del Pueblo Ejemplar de la Fundación Princesa de Asturias. El peso cultural de la visita lo llevaron la escritora y presidenta de la entidad, Matilde García-Mairiño y Francisco Avelino Aguado, experto en la historia del Reino Astur, quienes ahondaron en la figura de Pelayo y en la importancia de Abamia, donde, según baraja García-Mauriño, también sufrió cautiverio su bisnieto, Alfonso II el Casto.