¿Por qué Villaviciosa?

Luis Rivaya

Luis Rivaya

Era noche cerrada y llevaba un tiempo dando vueltas en la cama pensando cómo enfocar o qué forma debería darle a una idea que llevaba ya tiempo rondando por mi cabeza y traerla hasta el ordenador para compartirla con ustedes en este mi escrito semanal. En pocas fechas se cumplirán tres lustros desde que me vine a vivir a Villaviciosa y un día sí y otro también, me voy topando con gente nueva, con ‘nuevos vecinos’ que fue el título que le di a un programa de mi extinta NTV, “la televisión de la sidra”.

El fin y la desaparición de la misma se motivó por la llegada de la TDT (la Televisión Digital Terrestre que acabó con todas las televisiones analógicas). No quedaba otro remedio que hacer de José Luis Garci y “Volver a empezar”, es decir, replantearme la vida y lo que me quedase de ella pues, ya por aquél entonces no era ningún jovencito. Tal vez algunos o muchos de ustedes quieran preguntarme “¿Por qué Villaviciosa?” con la cantidad de lugares maravillosos que tiene Asturias. En mi caso y sin duda alguna se debió a una historia de amor surgida precisamente en aquel trabajo televisivo que me llevaba a diario por todos los concejos de la comarca sidrera. Hasta entonces y durante 27 años residía en Nava y pese a la relativa proximidad que hay entre ambos municipios, el cambio fue tremendo por lo distintos que eran.

Interior y exterior. Montaña y mar. La sierra de Peñamayor de Nava es inmensa comparada con el monte Cubera de Villaviciosa.También las aguas dulces y saladas. Las de los ríos Piloña, Pra, Viao, etc. de la Villa de la Sidra no tienen comparación con las casi infinitas (entonces sin pellets), aguas del mar Cantábrico bañando los arenales de Rodiles, Merón, La Ñora o Playa España en Villaviciosa, Capital de la Manzana.

También la climatología y la temperatura son distintas. En Nava hacía mucho más frío y podías en invierno disfrutar de la nieve -como quien dice- sin salir de casa. Hogar, chimenea, mantita y calor. Villaviciosa por su parte te ofrecía la belleza de su ría en primavera y otoño. También, con la llegada del verano, sus playas, sus fiestas, el pueblo de Tazones y los atardeceres por Les Mariñes, Misiego o El Puntal.

En beneficio de todos el tráfico de vehículos se derivó en mayo de 2003 hacia la nueva Autopista del Cantábrico (A-8), y creo que ello significó la disminución en las cifras de siniestralidad de la Nacional 634. Pero también afectó y perjudicó mucho al concejo sidrero así como al resto de pueblos de Piloña y Parres hasta llegar a Ribadesella. Como me siguen comentando muchos amigos y vecinos de Nava “…desde entonces empezamos a ser una “ciudad dormitorio” en la que la vida se iba apagando paulatinamente, justo todo lo contrario que en Villaviciosa.

Nadie puede negar que la Autopista del Cantábrico con la obra increíble de ese túnel construido bajo la Ría y cuyo director del proyecto fue un buen amigo como Manuel Sánchez García (Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos), favoreció y revitalizó mucho las comunicaciones de todo el concejo maliayés, repercutiendo de manera importante en el comercio y la vida de su capital y los pueblos de sus cuarenta y una parroquias. De hecho, la práctica totalidad de cuantos nos visitan hacen mención a las buenas comunicaciones de las que goza Villaviciosa con Oviedo, Gijón, Avilés o Cantabria.

Siempre me gustó un eslogan que empecé a escuchar hace muchísimos años al dejar Madrid y volver a mis raíces: “Entra en Oviedo y sal si puedes”. Pues casi cuatro décadas después es lo que hoy realmente siento al estar viviendo en San Martín del Mar, una parroquia situada entre la capital maliayesa y El Puntal. Villaviciosa te atrapa y te cautiva. Sin darte ninguna cuenta te va envolviendo en una red de la que ni puedes ni quieres salir. Como una telaraña. La Villa te atrae y entras en su ‘nansa’ igual que un centollo de Tazones y ya sin posibilidad de escapatoria. Villaviciosa te tienta con un cebo muy bueno y por eso su crecimiento y expansión día a día y a pesar de algún agorero.

Curiosamente, municipios más pequeños como el mencionado Nava e incluso Cabranes, disponen desde hace años de polígonos industriales creados sobre la base y necesidad de atraer empresas y fijar población. Villaviciosa, hoy por hoy, carece de su polígono pese a tener mucho mejor comunicación por carretera gracias a la autopista. Es más, desaparecieron varias empresas importantes de la Villa (Nestlé, sin ir más lejos), y, sin embargo, su población sigue creciendo.

De lo que tampoco hay duda es del cambio generacional que está viviendo. Y hasta me atrevería a decir que también en su aspecto más ideológico. En pocos años aquella Villaviciosa tradicional, conservadora y anclada al pasado según opinan algunos, ha pasado a ser una Villa más abierta, actual y moderna, en la que tienen cabida todas las opciones y creencias.

La llegada de esos nuevos vecinos procedentes de tantos sitios diferentes (y no solo hablo de extranjeros), de parejas jóvenes que desean crear sus familias en nuestra zona y de trabajadores autónomos y/o emprendedores dispuestos a aportar los nuevos cauces tecnológicos por los que marcha el mundo, están cambiando la fisonomía y el acontecer de Villaviciosa que no obstante, está sabiendo mantener firme y con orgullo sus señas de identidad y estilo de vida propio.

En el pasado año 2023, el padrón municipal de Villaviciosa ha llegado a los 15.613 habitantes que es el mejor registro de los últimos cuarenta años. Han sido cuatro ejercicios consecutivos de crecimiento del número de vecinos en nuestro municipio según los datos facilitados por el Ayuntamiento y tal y como escribe nuestro compañero Chema Ordóñez en su artículo.

Casi cuatrocientos (379), nuevos vecinos se dieron de alta el pasado año en 24 de las parroquias de Villaviciosa siendo además un municipio en el que el tema de la paridad lo estamos llevando muy bien: el concejo cerró el pasado año con 7.883 mujeres y 7.730 hombres. La diferencia es bien pequeña con resultado muy igualado: ganan las féminas por 153. Todos los días me gusta e intento aprender cosas nuevas y ello hace que hable con muchas personas, con muchos vecinos de toda índole y condición. Ello me empuja a reunir en un buen número de folios las principales frases y momentos de estas conversaciones, algunas de las cuales, representan para mí una auténtica escuela de vida.

En principio, y hasta ahora, nadie ha puesto objeción alguna en mostrarme su interior. Existe una frase común que suelen repetir: Tras conocer Villaviciosa decidieron quedarse en su territorio. Y fue ahí cuando empezó a rondarme la famosa pregunta: ¿Por qué Villaviciosa?

Más atrás les hablaba del ingeniero Manuel Sánchez que también fue responsable de la construcción de un embalse cerca del Puerto de San Isidro y quién también dirigió obras en América y en África. Es un buen cocinero y gran gourmet. Ya jubilado, pronto cumplirá sus primeros 85 años. Manuel llegó a la Villa por motivos profesionales que implicaban un gran reto como era ser responsable de la A-64 y del túnel bajo la ría. Pronto quedó atrapado por Villaviciosa y las diferentes amistades que fue haciendo terminando por comprar una casa en la zona de La Oliva en la que vivió durante ocho o diez años. Manuel Sánchez es un hombre estudioso, culto, literato y apasionado por la música que tuvo tiempo (al margen de su dirección técnica profesional), para estudiar un curso de Musicología, dar conferencias y hasta entrar a formar parte de la Coral Capilla de la Torre de Villaviciosa. Manuel quedó prendado (como nos ha pasado a tantos otros) de la hermosa Villaviciosa de Asturias.

En las próximas entregas les acercaré a cuanto me han contado mis vecinos. Cuanto me han expresado todos esos amigos y amigas de todos los colores (Oviedo, Sporting y Lealtad para no entrar en clave política), que me han abierto sus corazones y que no han tenido ningún reparo en responder a mi pregunta ¿Por qué Villaviciosa? Estoy seguro de que van a leer todo con la máxima atención. Les prometo que van a descubrir -cómo me ha ocurrido a mí- las razones y sentimientos de hombres y mujeres que decidieron quedarse a vivir entre nosotros. Que decidieron ser vecinos de Villaviciosa. Como yo.