Oviedo, Antonio LORCA

Los puños en alto de la ministra Bibiana Aído y de la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, cuando cantaron «La Internacional» en la reciente fiesta minera de Rodiezmo, están dando para mucha polémica política. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, calificó de «antiguo» y «triste» que «personas que apenas superan los 30 años estén con el puño en alto», un gesto que equiparó al saludo fascista. Los socialistas españoles son de los pocos europeos de esta ideología que aún levantan el puño en actos oficiales. El presidente del PP también se preguntó «¿qué pasaría si apareciese alguno con la mano extendida? ¿Qué dirían?».

La respuesta llegó ayer del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba: «no es lo mismo» levantar el puño que extender la mano y añadió que para Rajoy «tampoco lo debe ser, porque si no, igual no le importaba que en su partido lo levantaran, pero le importa». Asimismo, el responsable de Interior argumentó que el puño en alto representa «un gesto de solidaridad de los trabajadores que, durante siglos, con ese gesto, han defendido sus derechos». Rubalcaba admitió que «es bastante conocido, hace muchos años que no lo hago» aunque «entiendo que mis compañeras lo hagan».

En esta polémica sobre si es o no legítimo que dirigentes políticos levanten el puño en actos públicos también entró la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), quién calificó este gesto como «amenazante» y lo relacionó con «quienes han ejercido una ideología totalitaria y han pisoteado los derechos de millones de ciudadanos en la Europa del Este». La dirigente popular madrileña no sólo aseguró no comulgar con el saludo sino que se mostró dispuesta a luchar «para evitar que esa ideología totalitaria se imponga, en la forma original en que lo fue, en ningún país del mundo».

Otros dirigentes del PSOE también entraron en la polémica. El portavoz del Grupo parlamentario Socialista, el leonés José Antonio Alonso, se mostró asombrado por que el Partido Popular se preocupe «de estas cosas en lugar de hacerlo por el estado del país». Alonso insistió en que el PSOE ha demostrado a lo largo de su historia que es un partido «de libertades, con mucha historia a sus espaldas y unas señas de identidad claras».

También la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, defendió a sus compañeras presentes en la fiesta de Rodiezmo y dijo que el «puño con rosa, pacífico, de libertad y no de guerra» debería «respetarse» y calificó de «indignidad» por parte de Rajoy compararlo con el saludo de los regímenes fascistas. Por su parte, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró compartir las declaraciones de Rajoy y denunció que «a la vez que en Rodiezmo levantaban el puño le pegaban un puñetazo a las clases medias y los trabajadores subiendo los impuestos». Del puño a los puñetazos dialécticos.