Oviedo, Marcos PALICIO

El Principado sigue adelante con su proyecto para dar sustento legal a los pagos a cuenta de la carrera profesional a pesar de las voces discrepantes de algunos sindicatos. Después de pactar el martes con UGT y CC OO la ley que asegura los pluses a los funcionarios, hoy firmará el texto que regula los pagos a los profesores pese a enfrentarse esta vez a mucha más contestación sindical.

El Gobierno consiguió ayer el respaldo para sus planes de dos de los cuatro sindicatos representados en la mesa sectorial de educación, UGT y ANPE, y pasará por encima de la oposición que ayer ratificaron los otros dos, SUATEA y la Federación de Enseñanza de CC OO, que de este modo se desmarca de la posición favorable expuesta anteayer por sus compañeros de la Federación de Servicios a la Ciudadanía. También ayer, para completar la brecha sindical, se puso enfrente del plan del Gobierno un sector de la sanidad y de nuevo a través de CC OO, cuya Federación de Sanidad se opone asimismo al proyecto de ley de función pública suscrito el martes con el argumento de que la norma afecta a unos 400 trabajadores del sector, personal funcionario y laboral -no estatutario- para los que se establece una carrera de 29 años en lugar de los veinte que tienen los demás, regulados por su propia norma básica. Se quejan además de que la ley no precisa los términos del período transitorio que ha de organizar el acceso a la carrera de aquellos trabajadores que ya cumplen los requisitos para incorporarse a uno de sus niveles y llaman la atención sobre los acuerdos que establecen que se deben equiparar las condiciones laborales de todos los trabajadores de la sanidad.

El Gobierno regional, mientras, firmará el texto definitivo de su ley de evaluación docente pese a los votos en contra de SUATEA y la Federación de Enseñanza de CC OO. Éstos siguen cuestionando que el plan del Principado prevea el pago a todos los funcionarios que acepten la incorporación a la carrera, pero no con carácter retroactivo ni efectos desde el 1 de enero de 2007, la fecha en la que empezaron a cobrar los trabajadores que ahora sí perciben los pluses. Ellos tienen otra cita hoy, pero con la manifestación que SUATEA y CSIF han convocado ante la Junta «por una ley que no discrimine salarialmente y consiga la homologación».

ANPE, que no decidió hasta ayer su voto favorable, valora en la argumentación de su asentimiento que el texto incorpora «una evaluación simplificada y objetiva, que será negociada en mesa sectorial», y un «calendario de aplicación». Éste es idéntico al de la ley de Función Pública y establece que los funcionarios que no están percibiendo los pluses y decidan adherirse a la carrera en el nuevo proceso que se abrirá en 2010 no cobrarán al menos hasta el próximo mes de octubre, una vez que se sustancie el proceso de evaluación al que serán sometidos.

SUATEA, por su parte, cuestiona el hecho mismo de que ayer se haya registrado un acuerdo en la mesa sectorial. Beatriz Quirós afirma que «según el reglamento de la mesa -que ha sido recurrido por ANPE, oponen éstos-, el Gobierno necesita la mayoría de la parte social y ésta sólo se alcanzaría con el voto favorable de SUATEA y otro sindicato o de la suma de UGT, CC OO y ANPE». Los postulados de esta mesa sectorial deben contar, en todo caso, con la ratificación de la general.

CC OO, tres visiones l La Federación de Servicios a la Ciudadanía pactó el martes con el Principado el proyecto de ley de función pública que modifica la norma vigente. l La Federación de Sanidad expuso ayer su rechazo a ese mismo texto, que afecta a unos 400 trabajadores sanitarios que tendrán que asumir una carrera de 29 años distinta a la del resto de sus compañeros, que dura 20. El secretario general, José Antonio Carnero, instó ayer a los grupos políticos «a que no apoyen esta norma, porque no es fruto de la negociación». l La Federación de Enseñanza ratificó ayer en la mesa sectorial su voto en contra del proyecto de ley para ratificar el pago a los docentes. Su secretario general, Enrique Fernández, se muestra «respetuoso con lo que decidan los compañeros, aunque el problema viene cuando se invade el terreno de los otros».