Oviedo

La guerra fratricida que acabó con el único gobierno del PP desde que se restauró la democracia, encabezado por Sergio Marqués, aún está muy presente en la cabeza de buena parte de los dirigentes populares. Por eso en el partido se trata de evitar que la candidatura de Álvarez-Cascos sirva para reabrir viejas heridas. Pero sobre todo porque los populares son conscientes de que tienen en sus manos la posibilidad de arrebatar el Gobierno del Principado a los socialistas, que llevan ganando de manera consecutiva tres elecciones. «La izquierda lleva muchos años gobernando en esta región y va a ser difícil. Por eso hay que comenzar a trabajar cuanto antes en la campaña», dicen algunos dirigentes populares. Por eso se tiene claro que el debate del candidato debe abordarse siguiendo el calendario marcado por el PP nacional para evitar que «Asturias sea una excepción».

La dirección regional

El PP asturiano, con Ovidio Sánchez a la cabeza, trata de evitar dar un paso en falso que tense las relaciones entre los más afines a Cascos y los más reticentes a su regreso. De ahí que siempre que la cuestión «Cascos» se pone sobre la mesa, la respuesta más común sea la de «es un hombre de la casa», pero sin ir más allá.

Los «anti» y los «pro»

Para los que forman parte de la «marea creciente» que pide que Cascos lidere el nuevo proyecto del PP en Asturias y que este sueño se haga realidad, pasa porque la dirección regional pida al ex ministro que vuelva. Los más reticentes creen que ha llegado la hora de que Cascos hable claro, se postule y su propuesta se debata, como siempre, en los órganos correspondientes del partido.

La dirección nacional

La última palabra la tendrá la dirección nacional del PP, es decir, Rajoy. El presidente llegó a decir días atrás sobre las intenciones de Cascos: «Sí, algo he leído en los periódicos».