En el Pleno de investidura del 11 de junio, en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea, Manuel Fraga habría repetido que el ejercicio de la política hace extraños compañeros de cama. La calle, más prosaica y menos filosófica, confirma que la ideología y las siglas tienen poco que ver con que la izquierda no se soporta en Cangas y que por eso ahora gobierna la derecha. Cuatro años después, las minorías siguen siendo explosivas en la tierra de la Descarga, que ha pasado de un gobierno de Izquierda Unida con apoyo del PP a uno del PP con el sustento del PSOE. La reciente aversión de Cangas por la lógica política de los pactos entre grupos afines y la preferencia de todos por hacer amigos en el bando contrario han vuelto a llamar la atención en la nueva orientación política local del Occidente tras las elecciones del pasado 22 de mayo.

En el río revuelto de las revanchas y los pactos imprevisibles ha pescado esta vez más la derecha. Sigue habiendo en el cómputo global más alcaldes y más mayorías absolutas socialistas, pero la distancia ha pasado en total del 21 a 4 que quedó de 2007 al 16 a 9 de este 2011. Siete ayuntamientos del Occidente han cambiado de signo político. La izquierda perdió cinco alcaldías -el PSOE, las de Valdés, Salas y Vegadeo, e IU, las de Cangas del Narcea y Degaña- y la derecha ganó otras tantas, dos nuevas para el PP -Cangas y Degaña- y los tres con los que irrumpe Foro Asturias en el mapa electoral de la comarca, Valdés, Salas e Ibias. Con eso y con el cambio de Tapia, que pasa del PP a los independientes de Alternativa por Tapia, queda trazado un mapa con más poder para la derecha, siguiendo la tendencia marcada en clave regional tras la irrupción de Foro, y todavía mucho liderazgo socialista en las fidelidades que dan mayorías absolutas. En los cambios de manos, eso no varía, hay una historia plagada de afinidades y desencuentros más personales que políticos, de desgastes en el poder y revanchas entre grupos, de «pueblos pequeños e infiernos grandes».

l «Antes con Franco que con Martínez». Cuatro años en el gobierno sirvieron a Izquierda Unida para ganar por primera vez las elecciones en Cangas del Narcea, pero no para mantener el bastón de mando. José Luis Fontaniella, candidato del Partido Popular, es el nuevo alcalde gracias a la suma de sus votos con los del PSOE. ¿Por qué? Sólo se puede entender mirando por el retrovisor y aparcando la ideología. «Hablar de siglas, de políticas de izquierdas o derechas aquí es una entelequia», afirma Antonio Ochoa, secretario de la Sociedad de Artesanos de la Descarga de Cangas.

Todo esto viene de aquello, de la maniobra que hace cuatro años acabó con 24 años de gobierno del socialista José Manuel Cuervo, de cuando Izquierda Unida «rompió el pacto que tenía con el PSOE», se apoyó en el PP para hacer alcalde a José Manuel Martínez e hizo estallar una enemistad cuya onda expansiva cruzó aquel mandato completo y acaba de reproducirse en éste. La brecha es insalvable, dicen en Cangas, y, como quiera que en los dos bandos repetían los mismos nombres, en el río revuelto pescó el PP. Ni unos ni otros, los únicos que se acercaron a las urnas con la lista renovada, por primera vez la derecha. «El choque es personal, pero no de personas, de grupos», enlaza Ochoa. «No se trata de que Mónica Díaz y Cuervo no soporten a José Manuel Martínez, es que los afiliados del PSOE cangués preferirían pactar con Franco antes que con Martínez». Y eso, sigue el secretario de la Sociedad de Artesanos, contando con que Martínez fue «becario» de Cuervo cuatro años -teniente de alcalde-, lleva a concluir que aquí el roce y el cariño no tienen por qué sucederse necesariamente cuando se trata del Ayuntamiento de Cangas del Narcea.

l La paradoja de IU. La democracia se ha vuelto caprichosa con Izquierda Unida en Cangas. De 2007 a 2011 la coalición gobernó con sólo tres concejales, a pesar de ser la tercera fuerza más votada y gracias al apoyo del PP. Después del 22-M y por la «venganza» del PSOE, IU pasa a la oposición precisamente ahora que ha ganado las elecciones y ha doblado su representación en el Ayuntamiento. El PSOE se tomó la revancha del pacto a contracorriente (PP-IU) que descabalgó a Cuervo de la Alcaldía y reinterpretó a su modo la partitura del acuerdo contra natura. De IU con el PP al PP con el apoyo del PSOE, no se pierdan el próximo episodio.

l El «castigo». El 22-M «IU ganó una batalla, pero no la guerra», asegura Ángel Barrero, presidente del Consejo Regulador del Vino de Cangas, muy crítico con la gestión del anterior equipo de gobierno. «Les quedó el concejo muy grande», valora, y el yerro principal es económico, «la falta de criterio con la economía» que observa Ochoa y el agujero que ha denunciado el nuevo alcalde al llegar, pero en la factura, dicen, cuenta también la «tomadura clara de pelo» de los ediles de IU expulsados del partido por pactar con el PP y readmitidos «justo antes de las elecciones». O su actitud, vuelve Barrero, de «tengo oportunidad de subir al poder y lo voy a hacer con apoyo de quien sea».

l Una campaña de cuatro años. La victoria electoral de IU y sus seis ediles se explica en varias fases. «Ellos tenían el poder, eso siempre da por lo menos un concejal», sostiene Ochoa. «Luego hicieron una campaña muy intensa, que duró cuatro años, y, por otra parte, el PSOE cometió el inmenso error de volver a presentar a José Manuel Cuervo como candidato».

l ¿Y ahora qué? «IU estuvo cuatro años gobernando con el PP, y no precisamente con el sector más blando del PP cangués, y no se notó discrepancia ideológica», enlaza Ochoa. «Tampoco tiene por qué notarse ahora entre el PP y el PSOE». Además, tercia Barrero, «habrá feeling, porque tenían un programa similar» y lo principal, «sanear las cuentas, recuperar la confianza de los proveedores y organizar el Ayuntamiento de manera que sea sostenible no chirría en el programa de ningún partido», acaba Ochoa.

l El Suroccidente rebelde vira en pleno. Las consignas de las direcciones regionales caen en tierra yerma en la comarca de las Fuentes del Narcea. El PSOE de Cangas hizo alcalde al candidato del PP, el concejal de IU de Degaña está expedientado por abstenerse para hacer alcalde al popular José Manuel Fernández y la edil de la coalición en Ibias evitó un gobierno de izquierdas con el PSOE y la ex alcaldesa Nélida Barrero (Alternativa Socialista) para dar la Alcaldía a José Ron, candidato de Foro Asturias. Al final, tres gobiernos de izquierdas han virado juntos cuatro años después hacia tres de derechas.

l «Creo que soy de derechas». El alcalde de Degaña tiene un alcalde del PP que lo fue hace años por Izquierda Unida y que dijo esto en su primera entrevista tras ser investido. José Manuel Fernández, el más votado ahora igual que hace cuatro años, gobierna en minoría porque el «caso Cangas» se repite en el concejo vecino. La abstención interpretó «una decisión de los afiliados de Izquierda Unida», afirma Jaime Gareth Flórez, ex alcalde de 2003 a 2011 que no se presentó a las últimas elecciones. La enemistad sale de las bases, como en Cangas, después de un gobierno compartido en el que la militancia de la coalición «acusaba al PSOE de cierta deslealtad, de aprovecharse del trabajo conjunto, apuntándose los tantos y culpando a IU de los errores».

l La cruda aritmética salense. El viraje de Salas, de 21 años de gobierno socialista a la alternativa de Foro Asturias y al alcalde más joven de la región, Sergio Hidalgo, tiene otra lectura. El ex regidor José Manuel Menéndez ganó las elecciones, pero se detuvo a nueve votos de la mayoría absoluta y acabó perdiendo el sillón a manos de la suma de Foro y el PP. Porque éstos desoyeron la directriz regional de negar el apoyo a los foristas «por presión de las bases del PP salense» y en parte también por el «lógico desgaste de quien lleva más de veinte años en el poder», valora Juan Menéndez Arango, presidente de la asociación Amigos del Paisaje de Salas. Él no desdeña que haya podido llegar hasta aquí el poder de arrastre del desgaste del Gobierno de Rodríguez Zapatero ni, sobre todo, el motivo esencial, «la irrupción de Francisco Álvarez-Cascos en la política regional, que ha sorprendido a propios y a extraños». Aquí, el «efecto Cascos» ha llevado a un joven sin experiencia política a descabalgar a un alcalde de dos décadas. «Se ha votado a la candidatura de FAC por ser "los de Cascos", aunque no les quiero quitar méritos, porque es cierto que Hidalgo trabajó mucho. Fue casa por casa pidiendo el voto y mucha gente se lo ha agradecido».

l Renovarse o perder. La clave regional y la capacidad de FAC para capitalizar el descontento pudo haber tenido su peso en el viraje que el pacto tripartito de la derecha dio al gobierno municipal de Valdés. José Modesto Vallejo, veterinario de Panes, es el primer alcalde no socialista desde 1987 por su acuerdo con el PP y con el único edil de URAS. Al ex regidor Juan Fernández Pereiro, amargo ganador de las elecciones el 22 de mayo con cuatro concejales menos que en la anterior cita electoral, le pesa más «la irrupción del nuevo partido» que los posibles errores de su gestión. Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), sostiene que FAC concentró el voto de los electores descontentos del PSOE y del PP, de los indecisos y los incómodos, hasta sumar los necesarios para terminar con ocho años de gobierno de Pereiro, «un gran gestor» al decir de Laria, que tal vez «tendría que haber renovado la lista electoral que tenía, porque posiblemente algunas personas que repetían eran más un lastre que un revulsivo».

l La experiencia degrada. En Vegadeo, la competencia electoral era entre mujeres y en las dos listas a la postre más respaldadas puso a una ex alcaldesa socialista durante veinte años (1983-2003) de regreso a la política municipal después de ser consejera en el Principado frente a una joven profesora de música que luego fue la concejala más joven del Ayuntamiento y que se presentaba por el PP cuatro meses después de haberse dado de baja en el PSOE de Langreo. Al final, la Alcaldesa es la popular Begoña Calleja, en minoría con más votos y los mismos concejales que la socialista Servanda García. Se habían acabado 28 años de gobiernos socialistas. José Manuel Álvarez de la Linera, veigueño, presidente del Club Remeros del Eo y de la Federación Asturiana de Remo, lo explica a medias con Montesquieu: «El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente». En Vegadeo, la factura del 22-M es, a su juicio, la del cansancio, «las sinergias que pudo aprovechar el PP» y, sí, probablemente también algún «exceso de confianza de la veterana». En un concejo «con una afinidad ideológica brutal» que restringe la indecisión y la batalla a un puñado de votos triunfó la desconocida. En teoría. «Lo que no tenía era trayectoria política», dice Linera. «Desde el momento en que era directora del coro, profesora de la Escuela de Música y está implicada en actividades sociales la gente la conoce. A Servanda, en cambio, los electores la conocían como política, para bien y para mal».

l La fractura pasa factura en Tapia. El PP llevaba gobernando Tapia de Casariego los mismos años que el PSOE Vegadeo, 28, los últimos veinte en manos de Gervasio Acevedo. La desaparición del ex alcalde de las candidaturas municipales y su paso a Foro Asturias coincidió en este 2011 con el vuelco que le dio la Alcaldía al único independiente triunfador de la comarca occidental, Manuel Jesús González, «Cuco», candidato de Alternativa por Tapia. Con los mismos cuatro concejales del PP, el apoyo del PSOE, decidido a última hora, confirmó que tal vez la factura de la fractura ha sido demasiado cara para la derecha. Influye el desgaste del Gobierno, opina Martín Fernández, director de la Banda de Gaitas de Tapia, al menos tanto como cierto desencanto por la división de la derecha, y ayuda la cercanía, porque «Alternativa por Tapia iba por los pueblos anunciando su programa». Y un detalle: el Alcalde actual es el candidato que «más abiertamente se decantó en contra del proyecto de instalar una mina de oro en Salave».

l Los que arrasan siguen siendo, sobre todo, socialistas. Entre las nuevas mayorías absolutas, Izquierda Unida en Santa Eulalia de Oscos y el PSOE en Navia, destaca ésta, en la que se estrena Ignacio García Palacios, que acabó en 2007 con 28 años de alcaldías sucesivas del popular Manuel Bedia. Pero en las anteriores elecciones Palacios tuvo que pactar con IU, ahora no necesita de nadie para gobernar.

Las fidelidades más inquebrantables son, por lo demás, más fervientemente socialistas en esta comarca donde el 22-M dejó dieciséis mayorías absolutas, doce socialistas, tres populares y una de IU, la de Antonio Riveras en Santa Eulalia de Oscos.

Eduardo Lastra, que mantuvo para el PSOE Taramundi, fue el alcalde más votado de la comarca por delante de su compañero de partido José Antonio González Braña en Villanueva de Oscos y del popular Salvador Méndez en Coaña. En líneas generales, los feudos socialistas siguen apuntalando con firmeza ayuntamientos importantes como Tineo, Cudillero o Castropol. También se ha mantenido el PSOE, que gobierna en minoría, en El Franco o Boal, donde IU se abstuvo en la votación de investidura del alcalde.

Los populares siguen fieles en Villayón -Ramón Rodríguez es el regidor más veterano de Asturias, con 31 años en el cargo y crédito electoral para cuatro más-, Coaña y San Tirso de Abres.