Oviedo, Juan A. ARDURA

«Con prórroga también se vive». El presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, tendrá ocasión de comprobar si la afirmación de su predecesor, Vicente Álvarez Areces, es cierta. La decisión del nuevo Ejecutivo regional de no elaborar un proyecto de presupuestos para 2012 hasta contar con unas previsiones de ingresos fiables del nuevo Gobierno central que salga de las urnas el 20-N aboca al Principado a iniciar el próximo año con prórroga presupuestaria. La prórroga supone menos dinero en las cuentas regionales, mayores trabas para poner en marcha nuevas inversiones y la obligación por parte del Gobierno regional de negociar en la Junta General cualquier crédito para incrementar los recursos presupuestarios. Será la quinta prórroga presupuestaria en el Principado desde 1983, aunque la excepcionalidad esta vez radica en que el Gobierno regional ni siquiera ha elaborado un proyecto de Presupuestos para negociar con la oposición, un paso necesario, toda vez que carece de la mayoría necesaria para sacarlo adelante en el Parlamento regional.

El Gobierno de Cascos ha renunciado a presentar su proyecto dentro del último trimestre del año, como establece el reglamento del Parlamento, con los argumentos de que no dispone de datos fiables del Estado sobre la previsión de ingresos fiscales y de que el Ejecutivo saliente de José Luis Rodríguez Zapatero no ha elaborado un Presupuesto para 2012. Es decir, el Estado también iniciará el próximo año con prórroga presupuestaria, que «será efectiva hasta la aprobación del nuevo Presupuesto, previsiblemente, a finales de febrero o en marzo, por lo que, en principio, sus efectos no serían demasiado importantes», prevé Francisco Delgado, profesor de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo.

La falta de un nuevo Presupuesto estatal y la incertidumbre sobre los ingresos que el Estado transferirá a las autonomías deja dos salidas a las comunidades autónomas: «Pueden dejarse llevar por esa inercia y prorrogar, como es el caso de Asturias, o "coger el toro por los cuernos" y preparar un nuevo Presupuesto, como Madrid», resume Delgado. «Es una decisión con claros tintes políticos, en términos económicos será deseable la segunda opción», concluye el profesor de Hacienda Pública. En un contexto económico complicado, Asturias tendrá menos margen de desarrollo de que otras regiones que iniciarán el año con un Presupuesto nuevo.

El Gobierno regional, de hacer uso de la prórroga, mantendría la vigencia del Presupuesto anterior, en este caso, el elaborado para 2011 por el Gobierno bipartito del PSOE e IU, que ascendió a 4.133 millones. Y dispondría de seis meses, hasta finales de junio de 2012, para presentar un proyecto de Presupuestos. De no hacerlo, la prórroga ya se extendería a toda la anualidad.

¿Qué supone una prórroga? Pues que los ingresos se mantienen en las mismas cifras que las últimas cuentas aprobadas por el Parlamento, y los gastos, también, excepto los de carácter finalista, o sea, las partidas de actuaciones ya materializadas o finalizadas (por ejemplo, obras), y no tendrán continuidad en el Presupuesto prorrogado, de ahí que contrariamente a lo que se piensa el Presupuesto prorrogado es algo inferior al vigente en el ejercicio anterior. La prórroga permite pagar los sueldos de los funcionarios, todos los gastos en bienes corrientes y servicios y las actuaciones que cuentan con financiación plurianual, de obras que ya estaban en marcha o comprometidas de ejercicios anteriores.

El Gobierno autonómico, a pesar de la prórroga, dispone de fórmulas para «engordar» el Presupuesto prorrogado y sacar adelante nuevas inversiones, pero ya no puede tomar decisiones de modo unilateral, sino que debe contar con la aprobación del Parlamento. Una de esas fórmulas es el crédito extraordinario, cuya singularidad es que el Gobierno tiene la iniciativa para proponerlo, pero su aprobación pasa por el visto bueno de la mayoría absoluta de la Junta; es decir, el Ejecutivo de Cascos, que cuenta con los 16 diputados de Foro, necesitaría 23 de los 45 votos del Parlamento para sacar adelante los créditos extraordinarios con los que financiar nuevas obras u otros gastos. Areces recurrió a este mecanismo durante la prórroga de 2008, una expresión del «gobierno cameral» que, cosas de la política, tanto cuestionó el portavoz socialista, Fernando Lastra, cuando le tocó defender a gobiernos que carecían del respaldo suficiente en la Junta General del Principado.