La sidra con Denominación de Origen Protegida (DOP) sólo puede producirse con 22 variedades autóctonas. De ellas, 16 fueron seleccionadas por su interés agronómico y tecnológico por los expertos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Esas variedades recomendadas fueron fruto de un análisis minucioso de 125 disponibles en colección en el año 1986. Actualmente el Banco de Germoplasma de variedades de manzano desarrollado por el Serida cuenta con 800 entradas, de las que 550 son variedades locales asturianas.

El Serida acaba de presentar una nueva variedad que podría incluirse en el catálogo de la DOP, aunque aún está en fase de pruebas por cosecheros y elaboradores. Se trata de la Amariega y es la respuesta a una de las necesidades de los lagareros. Echaban en falta una variedad amarga, pues había un exceso de variedades ácidas en el catálogo de la denominación. La selección de la Amariega es resultado de un proceso que se inició nada menos que en 1995-97 con la prospección en Asturias de 425 variedades locales. Conocer a fondo todas las características del manzano, su resistencia a enfermedades, tiempo de floración, maduración, etcétera, redunda siempre en la calidad del culete. Así lo explica Enrique Dapena, responsable del programa de fruticultura del Serida: «Cuando la sidra se hace con variedades autóctonas de manzana de las que se conocen bien sus cualidades y se hace utilizando las proporciones adecuadas de cada variedad se puede regular mucho mejor el proceso fermentativo, se minimizan los problemas y se puede elaborar una sidra de gran calidad con unas características definidas». Además, lo mejor, en este caso, es lo más cercano: «También la materia prima puede llegar en mejores condiciones a los lagares al no tener que recorrer largas distancias. Además esto tiene repercusiones a nivel medioambiental si se tiene en cuenta la huella de carbono (las emisiones de CO2 que se generan). Por otra parte, con la elaboración de sidra amparada por la DOP Sidra de Asturias -que necesariamente tiene que estar elaborada con manzana producida en la región- se están utilizando recursos locales, con la consiguiente contribución al desarrollo económico regional. Ése es un aspecto que deberían tener muy en cuenta los consumidores por todos los problemas que genera la deslocalización de las producciones en el contexto económico y en materia de empleo».

No todas las variedades amparadas por la DOP, al llegar al mercado, han tenido el mismo éxito. «Las más cultivadas son ocho, seleccionadas por el Serida. Son: Raxao, Regona, Durona de Tresali, De la Riega, Xuanina, Solarina, Verdialona, y en algo menor proporción Collaos. Dapena considera que «deberían haberse plantado en mayor proporción variedades de tipo dulce como Verdialona y Ernestina para disponer de variedades que contribuyeran a equilibrar el nivel de acidez de otras de tipo ácido como Raxao, Regona, Durona de Tresali o Xuanina. También se podría haber cultivado en mayor proporción la variedad Solarina que es semiácida ligeramente amarga, ya que resulta de gran interés agronómico y tecnológico, si bien requiere tomar la precaución de recogerla y transformarla en el momento adecuado de maduración, pues su fruto es algo blando si está muy maduro».