A la espera de que el PSOE y UPyD pongan su acuerdo «sobre la mesa», Francisco Álvarez-Cascos mostró ayer su «preocupación» porque la investidura del socialista Javier Fernández como presidente suponga «volver a las andadas», a «las políticas equivocadas» y a «la decadencia de Asturias».

Además, el líder de Foro indicó que no descarta más medidas judiciales respecto al voto emigrante, dejó entrever que se quedará en la política regional y llamó «agitador político» al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Por si fuera poco, relacionó -«sin duda»- el que UPyD y el PSOE cerrasen ayer su pacto de legislatura con el trato «agresivo» que habría dispensado horas antes Mariano Rajoy a Rosa Díez, en la sesión de control al Gobierno. Las declaraciones corresponden a una entrevista en una emisora de radio gijonesa, ya que el todavía presidente en funciones no compareció ante los medios para valorar el nuevo escenario político.

El líder de Foro subrayó que, más allá de «una simple mayoría aritmética» que permita formar Gobierno al PSOE, lo que necesita el Principado es «un programa que resuelva los problemas de los ciudadanos en vez de agravarlos». A este respecto señaló que «los años de gobierno de la izquierda en la región han estado siempre sobrados de estabilidad aritmética», pero en ellos, indicó, «Asturias se instaló en la decadencia». «Supongo que habrá más que cambiar de presidente y que otra persona ocupe el sillón», añadió ahondando en su valoración del pacto entre el PSOE y UPyD.

Interpelado sobre su futuro, Cascos no se mostró contundente, pero sugirió que su intención es continuar en la Junta General como jefe de la oposición. Ante las dudas que se puedan suscitar, apeló a su trayectoria política, en la que, según dijo, no ha habido «indecisiones sobre el cumplimiento del mandato de los ciudadanos». Tras reconocer que su marcha «seguramente es lo que desearían muchos», advirtió: «Los que hagan apuestas en esa dirección me temo que van a perder la esperanza».

Sobre sus recursos al voto emigrante, aseguró que no tuvo intención de demorar la investidura, sino de defender «el respeto a las reglas del juego». Cascos afirmó que la sentencia del Constitucional confirma que hubo votos «irregulares» y mostró su extrañeza porque en ella se diga que no son suficientes para modificar el resultado. El presidente del Principado en funciones considera que el alto tribunal debe tener «una bola de cristal para adivinarlo». Aunque admitió que la sentencia es «inapelable», no descartó nuevas medidas legales sobre este asunto, para «esclarecer lo ocurrido y depurar responsabilidades».

De cara al Consejo de Política Fiscal y Financiera aseguró que Cristóbal Montoro -al que calificó de «agitador político»- tendrá «cumplidas explicaciones».