El Ministerio de Fomento afrontará el trance de la variante ferroviaria de Pajares abriéndola en parte, poniendo en servicio inicialmente sólo uno de los dos túneles que atraviesan la cordillera Cantábrica. Será con tráfico mixto para viajeros y mercancías y en un momento de un futuro indeterminado que ayer no precisó el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá. A pie de obra, en Campomanes, el «número dos» de Fomento aseguró que la infraestructura se estrenará parcialmente y que en su departamento ya saben cómo, pero no son capaces de decir cuándo.

El tubo Este se habilitará para el paso de trenes inicialmente de ancho ibérico, mediante la instalación de una traviesa polivalente, que permite estrechar la vía al «ancho AVE» en un futuro mucho más indeterminado que no llegará, según anunció ayer Catalá, hasta que la red de alta velocidad alcance la embocadura leonesa de los túneles.

El agujero Oeste, mientras tanto, será licitado directamente en ancho AVE, pero tampoco entrará en servicio mientras no tenga conexión de vías de alta velocidad, cuestión ésta que depende del estado del tramo León-La Robla y que se alargará, ya que el trayecto leonés no ha superado la fase embrionaria de los estudios geológicos y geotécnicos.

La primera apertura parcial de la Variante sigue, pues, sin fecha fija, pero no llegará, en todo caso, mientras no se resuelva la carrera de obstáculos en la que se ha convertido la obra del paso subterráneo entre Asturias y la Meseta. Y que, según se desprende de lo adelantado ayer, va para largo. Catalá aseguró que Fomento renunciará, por «físicamente imposible», a detener las copiosas filtraciones que manan en el interior los túneles y que se optará por «canalizar y encauzar el agua». En el único plazo que ayer se deslizó en la visita a la obra, el director general de explotación y construcción del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Antonio Gutiérrez Blanco, aseguró que estos trabajos no estarán completos «aproximadamente hasta agosto de 2014».

Pero para abrir el único túnel que de momento proyecta poner en servicio, Fomento debe resolver además el problema del deslizamiento de los taludes en algo más de un kilómetro y medio en la boca Norte de los tubos, casi al final del tramo Sotiello-Campomanes. Han fracasado los intentos de contener un corrimiento de tierras que condiciona seriamente los trabajos y Fomento ha decidido solicitar un nuevo estudio geotécnico, «de mayor complejidad y amplitud», que espera tener en un plazo de dos meses con el propósito de poder adjudicar los trabajos en otoño. Se aleja, con estos condicionantes, el plazo de apertura que sí marcó en su día la ministra del ramo, Ana Pastor: finales de 2014.

Tras ocho años de obras, para Catalá «no es adecuado en este momento fijar un plazo, porque la complejidad de la estabilización de los taludes es la que nos marca los tiempos. Lo que puedo comprometer es el máximo interés para que esos períodos sean lo más cortos posible, para que podamos acortar la conexión y llevar el trayecto de Oviedo a Madrid a las tres horas y cuarto, que es el objetivo». Antes, con esta solución intermedia y provisional, el ahorro respecto a la situación actual será considerable, aunque no se alcanzan la prestación ni el tiempo de viaje del AVE.