La línea de AVE entre Madrid y Valladolid por la que circulan los trenes Alvia de las rutas a Asturias y a Galicia cuentan desde el pasado 31 de agosto con seis nuevas señales que alertan a los maquinistas de los puntos en los que deben de llevara cabo una disminución significativa de la velocidad. Se trata del mismo tipo de señales que el juez que instruye la causa por el trágico accidente del Alvia en Santiago de Compostela considera que deberían de estar instaladas en la curva de Angrois en la que se produjo el descarrilamiento que se cobró 79 víctimas mortales. El conductor del convoy, que reconoció un despiste, circulaba a una velocidad excesiva y acaba de mantener una conversación telefónica con el revisor.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se niega a precisar los puntos concretos en los que se han instalado las señales. Según sus portavoces, se trata de cuestiones «técnicas» sobre las que no se ofrece información.

La orden cursada por el Adif a partir del accidente de Angrois es la instalación de estas señales en todas las líneas en las que los trenes circule a más de 160 kilómetros por hora y existan reducciones de velocidad que resulten «significativas», es decir de en torno al 40%.

Además de las seis señales que ya están puestas en el tramo de AVE de Madrid a Valladolid para las rutas de Asturias y de Galicia, el Adif ha instalado 22 más en la conexión a Francia por Barcelona, nueve en la línea Madrid-Sevilla, una en la Córdoba-Málaga, otra en la Madrid-Valencia, dos en la Albacete-Alicante y tres en la red interior de Galicia La Coruña-Santiago-Orense. No todas las indicaciones incluyen una baliza dotada con el sistema AFSA para detener el convoy de manera automática en el caso de que el maquinista no reduzca la marcha.

El juez Luis Aláez, encargado del accidente de Angrois, asegura en un auto fechado el 20 de agosto pasado que si el Adif hubiese alertado «previa y suficientemente» de la proximidad de la curva en la que se produjo el siniestro, resulta «de lo más probable que Francisco José Garzón (maquinista) recobrase la atención perdida en la conducción y hubiese ajustado la velocidad del tren a las circunstancias». El tren se salió de la vía a 180 kilómetros por hora cuando debía ir a 80.