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MATERIA GRIS | LOS TALENTOS DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Domínguez: "La zona de las Cuencas es la más propensa de Asturias para los argayos"

La geóloga recopila datos para predecir los deslizamientos de tierra en función de la cantidad de lluvia, "lo que permitirá reducir daños e incluso salvar vidas"

María José Domínguez, delante de un mural de la Facultad de Geología elaborado por el artista asturiano Antonio Suárez. Nacho Orejas

María José Domínguez está dispuesta a remover cielo y tierra para elaborar un método que permita predecir los argayos. La geóloga acaba de poner en marcha una base de datos en internet para que diferentes colectivos y ciudadanos particulares informen sobre cualquier desplazamiento de rocas ocurrido en Asturias, incluyendo, a ser posible, la fecha en que se produjo. Después, combinará estos datos con los índices de lluvia de esos días y buscará conclusiones generales sobre la influencia de la pluviosidad en estos sucesos, cuyos destrozos generan unos gastos anuales de unos 60 millones de euros en la región, según algunas proyecciones. "La zona más propensa a este tipo de fenómenos se corresponde con las cuencas mineras, debido a su tipo de suelo, formado por lutitas, areniscas y carbón; en contraposición con el del Oriente, muy calcáreo; o el del Occidente, básicamente de silicio", explica la experta, que considera necesario un incremento de la prevención ante estos sucesos, "que podría minimizar los daños e, incluso, salvar vidas".

Esta profesora titular de Geodinámica Externa inició su actual línea de investigación durante la preparación de la tesis, que dedicó a los deslizamientos del terreno ocurridos en la cuenca carbonífera central del Nalón (concejos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana) entre 1980 y 1995, gracias en buena medida a 215 informaciones obtenidas de la hemeroteca de LA NUEVA ESPAÑA. "Catalogué todos los argayos que se habían registrado durante ese período en esa zona, con el objetivo de buscar causas generales que los pudieran provocar", afirma. Este trabajo supuso un importante paso para determinar qué lugares son susceptibles de sufrir corrimientos. "Pero yo quería ir mucho más allá porque necesitamos también saber el cuándo, al menos aproximadamente, para poder actuar", relata.

Una labor costosa que sólo es posible mediante la acumulación de datos, para elaborar generalizaciones. "Los argayos se producen siempre después de intensas lluvias. Lo que pretendemos conocer es el umbral de precipitaciones que provoca uno, en función de otras variables, como el tipo de suelo. Y, de esta forma, poder adelantarnos a él, en la medida en que sea posible", señala Domínguez. "Necesitamos un inventario de todo lo relativo a este tema, que incluya también los gastos directos que genera y otros costes indirectos, como las pérdidas provocadas por tener una carretera cortada durante un determinado tiempo. Este tipo de bases ya se manejan en otros países de Europa o Sudamérica, pero en España estamos aún en una fase muy inicial", prosigue.

Por eso, ha vuelto a recurrir a este periódico para recopilar todas las informaciones sobre el asunto elaboradas desde principios de los noventa hasta la actualidad, más de cinco mil. Hace un par de semanas dio un paso más al poner en marcha la BAPA (Base de Datos del Principado de Asturias), una web con la dirección http://geol00.geol.uniovi.es/BAPA/ para que todos los interesados incluyan datos sobre argayos desconocidos. "Evidentemente, en un diario sólo aparecen recogidos los que suponen algún trastorno para los ciudadanos, pero no los que ocurren en lugares deshabitados, como montes o laderas", dice. "El objetivo de la página de internet es que cualquier testigo de un desplazamiento de tierra lo ubique en un mapa de la región", añade. Este instrumento, que ha desarrollado con la colaboración de su compañera Montserrat Jiménez, servirá para la elaboración de la tesis del doctorando Pablo Valenzuela, número uno de su promoción en la licenciatura de Geología hace dos cursos.

Los tres investigadores confían en la colaboración, a través de su web, de grupos profesionales o especializados, como bomberos, espeleólogos, montañeros o guardas forestales. Pero también esperan la ayuda de curiosos. "Queremos elaborar un gran muestrario de argayos de los últimos 35 años. Después, con los informes de la Agencia Estatal de Meteorología, compararemos la cantidad de lluvia con el porcentaje de desprendimientos en cada momento. Como ya tenemos casi todos los puntos de riesgo localizados, podremos saber cuándo van a ocurrir, a tenor de la cantidad de agua que esté cayendo", apunta la geóloga, deseosa de conocer todo lo que se mueve en Asturias.

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