Los asturianos son los españoles más solos. O los que viven menos acompañados, los habitantes de la provincia donde los hogares están más desocupados. Lo dice el último recuento disponible de personas por vivienda, divulgado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que asigna a Asturias una media escasa de 2,34 personas por casa. El dato es el más reducido entre las cincuenta provincias, el que más rebaja el promedio nacional de 2,58 y el resultado de un notable empeoramiento del 2,71 que marcaba el contador de Asturias al comenzar el siglo. Así es la imagen de la penuria demográfica de la región cuando se mira a través de los números del Censo de Población y Viviendas, actualizados ayer con el inventario correspondiente a 2011. En el cómputo estadístico también aparece Asturias como la región con un porcentaje más elevado de hogares habitados por una sola persona, el 27 por ciento del total, y se aprecia que de los veinte municipios con una media más pobre de ocupantes por vivienda siete son asturianos.

La persistencia del Principado a la cola de las estadísticas de natalidad, su escaso atractivo para la población inmigrante -sólo Extremadura y Galicia empeoran su 4,4 por ciento de extranjeros- y el consiguiente descenso tenaz de la población tienen efectos colaterales como éstos. La magnitud de la crisis demográfica asturiana se calibra mejor por comparación, considerando que entre 2001 y 2011 el número de hogares unipersonales ascendió en cerca de un cincuenta por ciento, cambiando 83.542 por 124.397. En esa década, el notable incremento del parque de viviendas hizo subir también las de dos y tres ocupantes mientras decaía invariablemente el registro de hogares con cuatro o más personas. La aceleración de la penuria demográfica asturiana a partir del cambio de siglo y su sincronía con la explosión inmobiliaria ha conseguido que, en la clasificación de los hogares más desocupados de España, Asturias haya pasado de tener a dos regiones por detrás en 2001 -Aragón y La Rioja- a instalarse en el último puesto de la lista de 2011.

Por si no bastara, la tendencia permanece en el descenso al detalle municipal. Son asturianos tres de los diez municipios españoles que presentan un balance más pobre respecto a la densidad de población de sus hogares, igual que siete de los veinte peor situados. Aller y Gijón ocupan el tercer y cuarto puestos en la relación de los concejos con menos personas por casa -2,24 y 2,25, respectivamente-. Sólo empeora su promedio el Ayuntamiento alicantino de Rojales, toda vez que el segundo, Teulada, también en Alicante, iguala a 2,24 habitantes con Aller. Por detrás de ellos, los concejos asturianos que rebajan incluso la exigua media regional son, por este orden, Oviedo, que con 2,28 ocupantes por hogar es octavo; Lena, undécimo, con 2,29, y Avilés, Langreo y Mieres, completando, los tres con 2,31, la presencia asturiana entre los veinte primeros. Se da la circunstancia de que los municipios del Principado se han colado en esta lista entre otros de vocación decididamente turística y aparecen junto a lugares que en su mayoría tienen una coartada ajena al declive demográfico, toda vez que allí el peso de la vivienda vacacional puede distorsionar en algún sentido la estadística.