La osezna "Molinera", rescatada el 19 de septiembre en el pueblo de Riomolín, próximo a Leitariegos (Cangas del Narcea), devuelta al monte el pasado mes y actualmente aislada en el cercado de la Fundación Oso (FOA) en Santo Adriano (tras ser localizada deambulando por Degaña), contará con un recinto protegido para preservar su intimidad y permanecer, en la medida de lo posible, aislada del contacto con los humanos. La decisión, tomada ayer por el comité de expertos reunidos en la Consejería de Agroganadería, bajo la presidencia de la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, es un paso más hacia la salida al exterior del esbardo, que permanece en el refugio en virtud de la decisión adoptada por los técnicos, tras el intento fallido de reinsertarla en Muniellos. Fuentes del Ejecutivo regional explican que se colocará una especie de malla alrededor del recinto, para impedir que la osa vea a los visitantes que pasan por el exterior, aunque estos puedan contemplarla a ella.
Javier Naves, doctor en Biología e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas, y uno de los expertos que consideran apropiado retirar a la osa de la vida salvaje, tras ser encontrada por el núcleo urbano de Degaña, reconoce lo complejo que resulta el manejo en cautividad de ejemplares de oso que aún no han cumplido un año, como es el caso de "Molinera". Ante las peticiones de los colectivos ecologistas que reclaman un nuevo intento por reinsertar a la osezna en la vida salvaje, el especialista resalta el riesgo que conlleva tomar esa decisión. "Todos estamos de acuerdo en que liberar al animal tiene un riesgo", indica. "Hubo que resolver un problema de urgencia, tal vez ahora cabe preguntarse si es conveniente rehabilitar a las crías o no", añade. "Es muy fácil habituar a los oseznos a los olores y a la relación con los hombres, mientras que los animales mayores tienen más personalidad, por eso propongo repensar si es bueno plantearse la reintroducción de crías", remata.
Naves se basa en casos anteriores al de "Molinera", como el de las propias "Paca" y "Tola", actualmente en Santo Adriano, o la osa "Villarina". "Siempre ha habido problemas", sentencia. Naves tampoco pasa por alto las recomendaciones de especialistas en oso pardo, "que no recomiendan la reintroducción en la naturaleza del animal, máxime cuando ha tenido un comportamiento de riesgo", como es el caso de "Molinera". Por eso, ante las críticas recibidas por parte de colectivos medioambientalistas, la Administración regional realizará una recopilación de toda la historia de "Molinera" desde su localización en septiembre.
En cambio, para Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de la Fauna Salvaje (FAPAS), la mejor solución sería soltar directamente a la osa en el monte, sin someterla a un proceso previo de readaptación. El especialista lamenta que una región como Asturias, con un rico patrimonio animal, carece, a su juicio, de experiencia contrastada en el manejo de especies salvajes. "Lo estamos viendo ahora con los osos. La Administración sólo tiene una guardería que mata bichos, les da pánico tocar a los animales y todos estos asuntos les generan intranquilidad", sostiene.
