La palabra "entereza", casi inexplicable a priori, es la que ayer usaban como sensación algunos de los gijoneses que pudieron transmitir en directo a las familias Medio, Fuentes y Fidalgo, sus condolencias por la enorme tragedia ocurrida en Burgos. Unas condolencias que se atragantaban en la garganta de todos. Con aparente entereza vieron los padres del colegio Cabueñes llevar a Luis Fidalgo a su ya única hija, de 5 años, al centro escolar a primera hora de la mañana. Y con entereza habló en nombre de la familia Luis Poncela, cuñado de la fallecida María José Medio, para transmitir el profundo agradecimiento por las muestras de solidaridad y de duelo compartido. Unas palabras a las que siguió un comunicado donde, en un gesto que engrandece a la familia, hay tantas líneas para dar las gracias como para representar su inmensa pérdida.

"Nuestros seres queridos ya no volverán. Nada podrá ser de nuevo igual para nosotros. Pero no por ello queríamos dejar pasar la ocasión de dar a todos, de forma conjunta, las gracias". Así finaliza un comunicado con el que la familia ha querido responder a "la infinidad de apoyos y condolencias recibidas", a los que "nos resulta materialmente imposible responder de forma individualizada, y lo reconocemos, nos faltan fuerzas para intentarlo".

Porque la suya ha sido una tragedia "imposible de superar, que ha roto a nuestras familias de forma tan inesperada como cruel". Pero la "magnitud del dolor" no les ha llevado a impedir darse cuenta de cuánta gente, y con cuánto esmero, les ha querido prestar su apoyo. En su listado de agradecimientos el "primero y más importante" va destinado a los vecinos del pueblo burgalés que acudieron en auxilio de la familia. Lo califican como "una muestra de generosidad que no podremos olvidar" y piden que "tampoco lo olvide la sociedad general". También agradecen a todos los profesionales que trabajaron sin descanso, al gobierno castellanoleonés así como el del Principado por "su apoyo y colaboración a todos los niveles, materiales y morales, incluso el presencial, acompañándonos in situ en tan amargos momentos" y a cuantas entidades públicas y privadas les arroparon. Unas muestras de cariño que se multiplicaran exponencialmente mañana, a las 17.00 horas en la iglesia de San Lorenzo, de la que era feligresa María José Medio, donde tendrá lugar el funeral presidido por el obispo auxiliar de Oviedo, Juan Antonio Menéndez. La propietaria de la casa rural de Tordómar donde tuvo lugar la tragedia manifestó ayer su deseo de estar en Gijón para el sepelio.

El colegio La Asunción, en el que estudiaron la abuela y madres fallecidas (María José, María, Almudena y Lola Medio), también tiene previsto organizar una misa en recuerdo de los fallecidos, iniciativa que han pospuesto para una fecha todavía por determinar tras conocer que el funeral se iba a celebrar mañana. "María José, cuando era pequeña, era junto a sus hermanas el alma de todas las fiestas. Y sus hijas fueron muy buenas alumnas. Siempre estarán en nuestro corazón", señaló Carmen García-Avello, directora del centro.

Pero ayer lo que la agotada familia quería era poder llorar a sus muertos en la intimidad. De ahí que buscaran la privacidad para celebrar de un discreto responso en Deva.