"No tuve miedo, pensé que no iba a hacer nada porque parecía muy débil y cuando estaba a unos pasos, ella levantó la cabeza, pero la volvió a echar". Así describe Manuel Álvarez Fidalgo, "Loli", cómo halló el martes a la osa "Balbina", desnutrida y con mala salud, en su cabaña ganadera de Balbona, en el concejo de Belmonte de Miranda. Un instante "agradable", pero triste a la vez por el mal estado del animal. "Me gustaría mucho verla otra vez y saber que se recuperará para volver al monte", afirma el hombre.

La casualidad hizo que Álvarez se topara con la osa. El hombre, que está jubilado, gusta de dar paseos por el pueblo y, de vez en cuando, sube a la cabaña en tractor para vigilar que las vacas de los vecinos no pasen la linde y aprovechen los pastos de la ganadería de su esposa. Todo iba con normalidad hasta que, unos metros antes de llegar a la cabaña, "Casillas", el mastín de Álvarez, se adentró con ímpetu entre los pastos de la falda de la sierra de Peñamanteca.

"Se puso donde la ventana por donde antes se tiraba el estiércol y no paraba de ladrar y ladrar", dice el hombre. Después, "Casillas", se puso a escarbar junto a este lugar y Álvarez comprendió que algo estaba pasando. "Fuera lo que fuera, había algo dentro porque el perro lo marcó y estaba muy cabreado", relata el belmontín.

Lo que había dentro era toda una sorpresa. Álvarez se acercó a la puerta de entrada de la cuadra y observó que los barrotes estaban llenos de zarpazos. Se asomó y vio a "Balbina" tirada en medio de la corte y pensó que estaba muerta. Con tiento y precaución, abrió la puerta, con un pestillo por la parte interior, caminó unos pasos y observó que respiraba. Tras un cruce de miradas entre humano y plantígrado, Álvarez volvió sobre sus pasos y cerró la cabaña para que "Casillas" no se colara dentro y la osa lo pudiera lastimar al defenderse.

Se quedó alucinado. Por unos instantes su mente iba a cien por hora. Sin embargo, la extremada delgadez del animal le llamó la atención y, por eso, actuó rápido. Lo primero que hizo fue llamar a su mujer a través del móvil para que diese aviso a la consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos y mandaran a los guardas a rescatar a la osa.

Álvarez cree que el mamífero se guardó en la cabaña porque estaba enferma hace menos de quince días (el tiempo que llevaba él sin pisar la cabaña). Pero los zarpazos de la puerta también le indican que intentó escapar. "Menos mal que la descubrió 'Casillas' porque si no allí se muere", estima.

El hombre no esperó por la llegada del dispositivo de rescate porque tenía una reunión en la capital del concejo, pero su vecino Antonio Cuendias dice que, por los menos, subieron sesenta personas. "Hubo mucho despliegue y yo pude ver al oso cuando lo bajaron", señala este jubilado de Balbona. Además, explica que la zona es de "caída osera", ya que sólo el año pasado se avistaron tres ejemplares.

Ahora que todo ha pasado, Álvarez espera ver recuperada a la osa, lista para patear esta zona del Occidente asturiano. Y parece que será posible, aunque no seguro. Porque la hembra malherida fue sometida ayer por la tarde a unos nuevos análisis para comparar datos con los resultados de las primeras pruebas, realizadas hace dos días y la previsión de los veterinarios sobre una posible recuperación es algo menos pesimista.

El animal pasó la noche sedado (entre otras cosas por precaución del personal que lo atiende) y ayer había mejorado en dos aspectos que se consideran fundamentales para su recuperación: aumentó su temperatura corporal y mejoró sustancialmente su hidratación. Este último asunto era una de las mayores preocupaciones de los veterinarios en la clínica ovetense donde está ingresada "Balbina", donde en su día ya se recuperaron "Villarina", "Lara" y "Molinera", otros tres ejemplares con problemas.

La osa de Belmonte sigue grave, según sus veterinarios, con alimentación intravenosa, a pesar de que sus órganos vitales funcionan bien. Además, se le ha suministrado una suave sedación para evitarle estrés.

Por su parte, la Coordinadora Ecologista de Asturias exigió ayer la devolución a su hábitat natural de la osa, en cuanto el animal esté curado de su precario estado de salud. El colectivo conservacionista reclama que se evite toda intención de procurar la "humanización" del animal y desea que no se produzca un nuevo fracaso como ya ocurrió con la osa "Molinera". La Coordinadora advierte de que Asturias es la "única" comunidad autónoma que no cuenta con suficientes medios para atender este tipo de casos.