La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

la columna del lector

Cuidadores maltratados

Trabajamos en un sistema público, y presuntamente de izquierdas, pero el trato y el contrato no parecen decir lo mismo. Porque aguantamos años contratos basura enlazados sin descanso, porque estamos al pie del cañón cuando depositan alegremente en nuestras manos la vida de personas en su momento de mayor indefensión, sin el apoyo suficiente. Nos tienen de la ceca a la meca y puedes atisbar en la mirada del paciente, o incluso tu compañera, la desconfianza de ¿sabrá lo que está haciendo esta moza (enfermera) que llega hora y media tarde y que no sabe ni dónde está el termómetro?

Ahora, descubro que al final sí que se va a cumplir la premisa de "no te quejes que tienes trabajo" porque han decidido quitármelo. En el último pacto de contrataciones se ha firmado con el inocente beneplácito de sindicatos la medida más elitista y antisocial que se recuerde, ya que no hay límite al puntuar méritos relacionados con publicaciones y ponencias, haciendo que enfermeras que no han trabajado en su vida acumulen la puntuación necesaria para conseguir la interinidad sin haber aprendido a trabajar. No todo el mundo tiene igual acceso a congresos, ni facilidades para investigar o dar ponencias.

Nadie pone cortapisas a la investigación, claro que se debe fomentar, y considerar como méritos, pero con límite por cada año, y que nunca supere al límite establecido para el apartado de "tiempo trabajado", siguiendo el ejemplo de la última OPE, y de otras bolsas de empleo de sistemas de salud pública del país. Quitar techos al baremo ha sido el paso previo a pagar por puntuación haciendo cursos inútiles sin parar y el que más dinero invierta, más puntuación podrá comprar.

Y por último estamos hartos de vosotros, liberados sindicales: Por no detectar tanto agravio y no rebelaros. Por conformaros con un no, o con doscientos, por no representarnos. Estamos seguros de que no todos sois conformistas, y que cuesta unir y movilizar a los trabajadores, pero muchos afiliados llevamos años sintiéndonos solos.

Por último, usted que lee esto puede que crea que esto no le incumbe: somos los que velamos por su salud y debería importarle ¡mucho! Porque cuando lo que más quiera esté en una cama de hospital podrá desgañitarse e ir a atención al paciente o jurar o amenazarme de muerte, pero eso no le va a salvar la vida. No creo que pidamos imposibles. Sólo dignidad laboral.

Compartir el artículo

stats