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La Universidad renueva a su élite con 50 nuevos catedráticos tras cuatro años de bloqueo

La plantilla académica sufre un colapso histórico con 136 profesores a la espera de ascenso por los recortes

Profesores de la Universidad de Oviedo, durante un acto académico. L. MURIAS

La Universidad de Oviedo tendrá nuevos catedráticos tras cuatro largos años de bloqueo en la adjudicación de estas plazas, una sequía sin precedentes. El rector, Vicente Gotor, acaba de comunicar a los decanos y directores de centros y departamentos que planea sacar a concurso medio centenar de puestos de esta categoría en los próximos meses después de que el Gobierno central levantara hace seis días el veto a las mejoras profesionales que impuso a finales de 2011 como medida de ahorro por la crisis económica. El anuncio es maná caído del cielo para los 136 especialistas que esperan desde hace tiempo acceder al más alto nivel académico tras haber reunido los méritos suficientes gracias a su labor docente e investigadora. La propuesta necesita ahora del respaldo del Principado porque implica un encarecimiento de la plantilla.

El atasco de profesores que esperan acceder a una plaza de catedrático después de haber cumplido con el trámite de recibir el visto bueno de la Agencia Nacional ANECA se había convertido en uno de los mayores dolores de cabeza de los dirigentes académicos durante los últimos años. Esta congestión no ha parado de levantar quejas por parte de los afectados, desanimados y desincentivados ante la imposibilidad de lograr una mejora profesional a pesar de haber reunido los requisitos suficientes fijados por la ley. Además, acarrea serios problemas en la organización interna de la Universidad por los desajustes que provoca en la estructura de la plantilla.

Por estos motivos y tras las reiteradas quejas de los rectores, el Gobierno central aprobó la semana pasada un decreto que acaba con la paralización de las convocatorias de plaza de catedrático, cuatro años después. La gran novedad de la nueva ley es que permite exclusivamente el concurso interno. Es decir, la adjudicación de estas plazas no imposibilitará convocar otras de diferentes categorías, siempre dentro de la tasa de reposición permitida (actualmente se puede sustituir al cien por cien de los especialistas retirados, después de años de duras restricciones). Por ejemplo, una Universidad que cuente con diez jubilaciones en un año, podrá nombrar otros tantos catedráticos entre sus profesores que están esperando para acceder a este nivel y también sacar a concurso el mismo número de plazas para niveles inferiores. Un mecanismo pensado ex profeso para acabar con el tapón formado.

De acuerdo a estas condiciones, la Universidad de Oviedo podrá adjudicar 50 plazas de catedrático a partir de enero de 2016: 15 correspondientes a las jubilaciones de este año y otras 35 a las previstas para el próximo ejercicio. Todo un balón de oxígeno para los 136 profesores que esperan esta mejora. Por este motivo, el equipo rectoral ya se ha puesto manos a la obra y acaba de comunicar a los interesados que tiene pensado desbloquear la situación lo antes posible. Por eso, prepara ya un informe que remitirá al Gobierno regional a lo largo de las próximas semanas.

Y es que este asunto supondrá uno de los puntos clave en la inminente negociación entre la Universidad y el Principado de cara a la aportación presupuestaria para 2016, ya que la conversión de un profesor titular en catedrático conlleva un incremento salarial de unos 9.000 euros al año. Un dinero que debe llegar de las arcas autonómicas.

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