Gema Rodríguez lleva diez años trabajando junto a las víctimas de tráfico, asesorándolas y ofreciendo talleres de seguridad vial como delegada de la Fundación Ayuda a Víctimas de Accidentes de Tráfico y Asegurados (AVATA). Conoce las consecuencias de los accidentes y la terrible situación en que pueden quedar las víctimas de tráfico. Hay casos que no se le van de la cabeza, como el de un motorista que quedó parapléjico tras ser embestido por un coche en la Autovía Oviedo-Gijón. El culpable se dio a la fuga y no se ha sabido más de él. El motorista se quedó sin indemnización, sin empleo, sin dinero para adecuar su vivienda. La reducción de fallecidos en Asturias en 2015 es "una buena noticia", pero opina que siguen siendo necesarias "campañas agresivas, que muestren a los lesionados más graves". Y no multas, que "no conciencian al conductor".
-Los fallecidos en la carretera pasaron en 2015 de 25 a 19. ¿Buena noticia?
-Desde luego que lo es, pero hay que tener en cuenta que esa es la cifra de fallecidos en accidente de tráfico en 24 horas, no contabiliza aquellas personas que fallecen posteriormente en el hospital. Esos datos tardan en volcarse. Pero es una buena noticia teniendo en cuenta que se han incrementado los desplazamientos respecto a años anteriores.
-Quizá influye una mayor concienciación.
-Es evidente que hay cada vez más, y que se educa a los niños en seguridad vial desde pequeños. Quizá será bueno destinar campañas específicas a las personas mayores, que son víctimas de los accidentes tanto como peatones como conductores. Está creciendo el número de víctimas entre las personas de edad.
-Han aumentado los motoristas fallecidos, algunos de los cuales no llevaban casco.
-Hay sectores en los que no se invierte en campañas. Precisamente hace unas pocas semanas falleció en Asturias un motorista que no llevaba casco. Pero tampoco hay que presentarles como unos locos de la carretera. En muchas ocasiones son los mayores colaboradores en la seguridad vial. Hay que tener en cuenta que un accidente de moto conlleva casi invariablemente lesiones graves seguras. En los otros tipos de accidentes también se observan algunas imprudencias. Sigue habiendo víctimas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Siguen siendo necesarias las campañas.
-Usted que trabaja cerca con las víctimas, ¿qué tipo de lesiones son las más habituales?
-Los latigazos cervicales, que pueden derivar en hernias y otras lesiones más graves, las contusiones cerebrales...
-¿Qué coste supone una víctima de tráfico?
-Se calcula que cada muerte supone un coste de 1,4 millones de euros. Es altísimo, y es un dinero que al final sale del bolsillo de todos. Deberíamos ser más conscientes de que, con los accidentes, no solo se causa un daño a una persona, sino un perjuicio a todos. Pero no solo es alto el coste de los fallecimientos. Una lesión cervical, que supone un tratamiento de unos dos o tres meses, ya supone un coste de 6.000 o 7.000 euros. Si lo multiplicamos por todos los accidentes...
-¿Hasta qué punto influye en la siniestralidad el estado de las carreteras?
-No se ha invertido lo suficiente en el pasado en la mejora de las carreteras y ahora, con la crisis, la situación ha empeorado. Se nota sobre todo en el estado del pavimento, la pintura antideslizante de la carreteras, la existencia de gravilla... Hace mucho que no se ven obras en las carreteras, sobre todo las vías convencionales. Los moteros las usan mucho y se quejan de que no se invierte en ellas. Tampoco se está invirtiendo en los puntos negros que son conocidos por todos.
-¿Ha contribuido a la reducción de la mortalidad la campaña de control de velocidad por radar en vías secundarias?
-Posiblemente, aunque ese tipo de campañas, pagar multas, no conciencian al conductor, simplemente engorda las arcas. Mejor se invertía ese dinero en seguridad vial, así se evitarían accidentes. De poco sirve que alguien baje la velocidad en un tramo en el que sabe que un radar si acelera un poco más adelante. Lo que se necesitan son campañas agresivas, que muestren las consecuencias de los accidentes.
-¿Poner a las víctimas en el centro?
-Por supuesto. Las que mejor funcionan son aquellas en las que participan personas con lesiones graves, que cuentan sus experiencias, sus secuelas. A la gente eso le llega, lo notas en la expresión de sus caras, y les va a influir cuando se pongan al volante, saber que eso les puede pasar, que le puede pasar a un familiar.
-En estos diez años, ¿qué caso le impresionó más?
-Los accidentes de moto son los peores. Hace uno o dos años, trabajamos con un chico que iba en moto y un conductor se lo llevó por delante en la Autovía de Oviedo a Gijón. No solo eso, sino que se dio a la fuga. El chico estuvo dos meses en coma, y quedó parapléjico. No recordaba ningún detalle del accidente. Por más investigaciones que se han hecho, por más testigos que se han buscado, aún no se ha dado con el causante del accidente y el motorista se ha quedado sin indemnización y arrostrando unas consecuencias terribles. Perdió el trabajo, no tiene dinero para adecuar su vivienda y psicológicamente ha quedado destrozado. ¿Cómo se puede dejar abandonada a una persona después de causar algo así?
-Ahora empieza empeorar el tiempo. ¿Esperan que se incremente la accidentalidad?
-La meteorología influye, este año se ha notado especialmente, ha habido menos accidentes. Cuando empiece a llover, se incrementarán. La semana pasada, a lo largo de todas las Navidades, no hubo apenas siniestros. Y ayer mismo (por el lunes), atendimos en un solo día a cinco personas por accidentes relacionados con la lluvia. Los conductores no adecúan la marcha a las condiciones de la climatología.
