El cubo de la basura está a punto

de llenarse treinta años después de acoger sus primeros residuos, a finales de 1985. Su vaso, que alcanza los 18 millones de metros

cúbicos, se encuentra repleto, tras haber recibido 8,8 millones de toneladas de desperdicios y unicamente puede de asumir alrededor de 600.000 toneladas más.