Más de la mitad del medio millón de viviendas del área central de Asturias supera los 35 años de antigüedad y presenta serios problemas de accesibilidad, sin ascensores y con dificultades para las personas que tienen movilidad reducida. Además, y por si todo eso fuera poco, dos terceras partes de los edificios no están adaptados a la normativa de eficiencia energética. Ante este contexto, el plan de ordenación del eje metropolitano que ha presentado el Gobierno regional aboga por la colaboración público-privada para modernizar el parque de viviendas, mediante rehabilitaciones que también tengan en cuenta el aspecto energético.

El modelo propuesto huye de cualquier expansión urbana que no responda a una necesidad acreditada de suelo que la actual trama no sea capaz de atender. Llegado el caso, las directrices subregionales que se plantean exigen que un hipotético desarrollo se lleve a cabo como una continuidad de lo ya urbanizado, en armonía con el entorno y con unas prácticas que minimicen los costes de construcción.

El plan recomienda prestar una especial atención a la rehabilitación de inmuebles de interés cultural, especialmente en el interior de los núcleos urbanos.