El camino de las mujeres en las empresas está lleno de trabas, de techos de cristal y algunos menos traslúcidos, de hormigón. Esta última imagen tan gráfica la usó ayer Carmen Moreno, vocal del consejo ejecutivo de la patronal asturiana FADE, al presentar un debate, organizado por esta organización empresarial, para hablar sobre el papel de ellas en las compañías de la región, y de paso ilustrar las dificultades para ocupar puestos de responsabilidad. En el coloquio participaron varias empresarias que explicaron las dificultades que se han encontrado para llegar a sus puestos y propusieron algunas medidas para combatir la discriminación de género.

La consejera delegada de Hijos de Luis Rodríguez (sociedad propietaria de los supermercados Masymas), Eva Rodríguez, señaló sobre su propia trayectoria: "Es posible que me costará algo más que a mis predecesores demostrar mi valía, no sé si fue por ser mujer, o porque tenía hijos y pensaban que no iba a tener tiempo". Eso sí, no se arrepiente del paso dado. "Esto es apasionante", señaló. Ella es la tercera generación al frente de la empresa y todos sus antecesores habían sido hombres.

Peores vientos corren para la empresaria de Belén Fernández, fundadora de Novatex y presidenta de la Federación de Empresarias y Directivas de Asturias (FEDA), ya que su compañía textil está en dificultades. Tiene un expediente de regulación sobre la mesa después de perder a su principal cliente, Sontara, una firma que Du Pont vendió en 2014 a la suiza Jacob Holm. "Mi empresa está hundida", reconocía, "pero yo he liderado su subida, he liderado la bajada y tengo que volver a liderar su remontada". Aseguró que estos días se ha encontrado con múltiples apoyos. Aunque los mensajes que ha recibido son variados, "también he escuchado eso de que si fueras un hombre ya hubieras cerrado la empresa". Fernández también le dió un palo a la FADE, organizadora del acto, por solo tener una mujer en su comité ejecutivo.

¿Tienen más dificultades las mujeres para emprender? María Antonia Álvarez, empresaria y presidenta de la Asociación Empresa Mujer (Asem), responde: "Estamos muy solas, y las dificultades que tenemos al principio es que solemos carecer de una red de contactos que sí suelen tener los hombres".

El problema, comentó la directora del Instituto Asturiano de la mujer, Almudena Cueto, es que a las féminas se les atribuyen unos rasgos de personalidad que no tienen que ver con los de un emprendedor. "No se nos presupone que seamos ambiciosas o valientes, valores que se inculcan desde niños", apuntó. Antes de su cargo, Cueto había fundado su propia compañía. "Decidí emprender porque me dio la gana, después de haberme quedado sin trabajo, y porque consideré que tenía la capacidad para hacerlo", señaló. Y eso, destacó, pese que no faltaron las voces masculinas que le recomendaban que no asumiera riesgos y que mejor esperaba a que hubiera "algún hombre que la contratara".

No obstante, la catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Oviedo Carolina Martínez explicó que las mujeres tienen una amplia presencia en la empresa asturiana. La docente expuso algunos datos sobre la economía regional y aseguró que hay sectores que son "más hostiles" para ellas.

Las empresarias cerraron sus intervenciones ofreciendo algunos consejos para conseguir dar unos pasos más firmes hacia la igualdad de género. Entre ellos, citaron la necesidad de que los hombres se involucren de una forma más decisiva en las tareas domésticas. Ampliar los permisos de patenidad, para que los varones también tengan un papel protagonista en el cuidado de los niños, y fomentar la educación de los escolares en igualdad.

En todas esas medidas hubo un consenso. Pero no tanto en la necesidad de aplicar cuotas en las empresas que obliguen a aumentar la presencia de las mujeres en los consejos de administración. Cueto, defensora de la medida, señaló que "las mujeres solo estamos reclamando la posición que nos corresponde". Mientras que Carolina Martínez resaltó la necesidad de fomentar acciones positivas a favor de las mujeres. "¿Deberíamos favorecer la contratación pública de empresas de mujeres?", planteó.