Asturias está anclada en la cola de los índices de natalidad del Instituto Nacional de Estadística. Los últimos datos cerrados, correspondientes al primer semestre de 2016, reflejan 3.170 nacimientos en esos seis meses, una cifra que sólo fue inferior en Cantabria, Navarra y La Rioja, autonomías uniprovinciales a las que supera de largo en población. Las bajas cifras de natalidad unidas a los altos índices de envejecimiento ofrecen la resultante de una pirámide de población difícilmente sostenible a medio plazo, de ahí que expresiones como la de "invierno demográfico" a la que recurren los grupos de la oposición en el parlamento asturiano no suenen exageradas sino todo lo contrario.
El propio presidente del Principado, Javier Fernández, reconocía en el pleno del pasado viernes que "la demografía seguramente es el asunto más dramático de esta comunidad autónoma". La deriva es similar en el resto de autonomías del Noroeste español, ya que Galicia, Castilla y León, Cantabria y el País Vasco tienen porcentajes de población de entre 15 y 29 años bastante similares o ligeramente por encima.
El Gobierno asturiano incluyó en su agenda para esta legislatura un pacto demográfico, que pretende presentar antes de que acabe el actual curso político. Aunque las bajas cifras de natalidad han sido una constante en los últimos tiempos es la primera vez que el Principado pone en su hoja de ruta un problema larvado. El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, trató de alcanzar un consenso con el resto de grupos políticos para materializar dicho pacto, pero finalmente optó por desplazar ese talante de acuerdo al ámbito estatal, como quedó de manifiesto en la Conferencia de Presidentes, que asumió el reto demográfico como una cuestión de Estado. En paralelo, el Ejecutivo asturiano perfila "las medidas concretas" que incluirá el pacto regional sobre demografía, según acaba de confirmar Javier Fernández.
Los diputados autonómicos, que deberán debatir en los próximo meses las políticas para combatir la acusada caída de la demografía, no escapan a la tendencia de Asturias. Entre los 45 parlamentarios de la Junta General del Principado suman 38 hijos, o sea menos de uno per cápita. El perfil del parlamento regional, donde hay 24 hombres y 21 mujeres, ofrece una edad media de 46,7 años.
El grupo parlamentario cuyos integrantes tienen más hijos es el del PP, con 13 entre sus once diputados; seguido del PSOE, con 12 entre sus catorce parlamentarios. Hacía bastantes años que la Cámara autonómica no acogía a una diputada embarazada en sus escaños, de ahí que el pasado mes de febrero el popular Matías Rodríguez Feito aprovechase un debate sobre el "invierno demográfico" de Asturias para dar la enhorabuena a la socialista Verónica Vior porque espera un bebé para los próximos meses.
Las contadas medidas puestas en marcha en legislaturas pasadas para estimular la natalidad apenas surtieron efectos en Asturias a la vista de los datos que maneja la consejería de Educación para justificar el cierre de aulas en las redes pública y concertada. En el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero primero se redujeron las retenciones del IRPF a las trabajadoras que tenían un bebé y luego, a partir de 2007, se aprobó un "cheque bebé" de 2.500 euros por nacimiento, que en Asturias el gobierno de Vicente Álvarez Areces complementó con 500 euros adicionales. Luego el ejecutivo de Francisco Álvarez-Cascos incluyó en su primer proyecto de Presupuestos regionales, para 2012, una partida de 5,9 millones para dar ayudas por nacimiento. El proyecto presupuestario no superó la enmienda de totalidad, Cascos convocó elecciones y las ayudas directas de natalidad pasaron a la historia.
