La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maestros y discípulos

Adolfo García: "Los museos etnográficos están infrautilizados, deberían ser centros de investigación"

José Antonio Méndez (a la izquierda) y Adolfo García, en el departamento de Filosofía junto a Natalia Díaz, a quien han codirigido la tesis.

Cuando finalizó la diplomatura de Empresariales en la Universidad de Oviedo, Natalia Díaz aterrizó en un mercado laboral que acusaba la crisis económica. El sector bancario se encontraba en el ojo del huracán y decidió tomar otro rumbo: la licenciatura en Antropología por la UNED. Allí coincidió con el profesor Adolfo García Martínez, un auténtico experto en antropología y en la cultura tradicional asturiana. y con él definió las líneas de su tesis doctoral: un estudio antropológico del paisaje de la mar en el occidente de Asturias. El asunto, hasta ahora prácticamente inexplorado, fue también el punto de arranque de un trabajo de dirección al alimón entre el profesor de la UNED y el también docente, pero de Filosofía, en la Universidad de Oviedo José Antonio Méndez.

García Martínez se encargó de acercar a la doctoranda al trabajo de campo mientras que Méndez dirigió las concepciones de espacio y tiempo desde el punto de vista filosófico. "El objetivo era dar una imagen del occidente asturiano a través del paisaje y las gentes del mar", explica la nueva doctora. Allí, dice Natalia Díaz, también sufrieron su propia crisis, la del sector pesquero, pues hasta ahora las políticas se han dirigido más hacia la actividad de pesca de altura "y eso no siempre va en beneficio de las gentes de la zona".

Adolfo García ensalza el valor de esta tesis porque hasta ahora no existían trabajos científicos que abordasen el paisaje de la mar. "Tendría que haber un seguimiento mucho mayor. En Asturias falta formación antropológica. Hay que apoyar a los que se juegan el tipo en ello porque esta región es un desierto en ese sentido", opina el docente, quien lamenta la falta de ayudas para realizar trabajos de campo. Paisaje implica paisanaje, continúa el profesor de Antropología de la UNED, quien considera fundamental leer el "biopaisaje", esto es, la interacción del hombre con el medio. En esa lectura, Natalia Díaz apreció una alta implicación de las gentes del mar con su entorno. "Hay muchos jubilados que tienen muy integradas sus labores, y la gente de la mar no pierde de vista su contacto con el que fue su medio de vida", indica la joven.

Desde el punto de vista de valoración patrimonial de ese ámbito, Díaz recuerda que existen dos museos, el de Luanco y el de Puerto de Vega, donde se pone en valor la actividad pesquera, cómo funciona una rula, las costumbres de las gentes de la zona..., y, en el caso de Puerto de Vega, se destacan dos de sus principales recursos, el percebe y el pulpo, precisa la nueva doctora.

Para avanzar en su trabajo de campo, su director de tesis Adolfo García recuerda que este tipo de trabajos resultan muy extensos porque implican mucha dedicación sin apenas respaldo económico. Si bien el asunto resulta de interés, Natalia Díaz, que quiere seguir profundizando en esta investigación, reconoce que hacer carrera académica resulta "complicado", tanto como que conseguir una plaza estable en la Universidad se convierte en tarea harto difícil antes de los 40 años, advierte. "Seguiré buscando un poco lo que surja, pero sería interesante continuar este trabajo", reconoce. Su tesis, apunta José Antonio Méndez, codirector junto a Adolfo García, presenta también un interés patrimonial "que debería ser apoyado".

Pese al "sarampión" de museos etnográficos que han proliferado por la región en los últimos años, Adolfo García observa una falta de personal técnico que dé vida a estos espacios. "Al final tenemos muchos cachivaches y pocos mensajes. Las piezas están pero debe haber una relación sincrónica y diacrónica, y eso implica un estudio de patrimonio", clama el profesor de la UNED. "Cuantas más piezas no es mejor; eso es mentira. Tenemos museos con miles de piezas repetidas. Un museo tiene que ser aula, laboratorio, centro de investigación... y la mayoría de ellos se encuentran infrautilizados", continúa García, quien pone como ejemplo la falta de recursos materiales y personal en el Muséu del Pueblu d'Asturies, en Gijón. "La clave es que esos espacios sean lugares de estudio, recuperación y difusión; sin eso, no se hace nada. Es el modelo que pusieron en marcha en otras regiones de España y en otros países", prosigue el antropólogo.

José Antonio Méndez coincide con García en que la política museística realizada hasta ahora ha sido "más de escaparate, con grandes edificios, pero si no valoras lo que estás haciendo, no tiene sentido".

Compartir el artículo

stats