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El paso de peligro de extinción a peligro crítico, el último escalón antes de su desaparición

Dicen los expertos que para que la cría de urogallos en cautividad tenga éxito es necesario soltar anualmente 45 polluelos al medio natural. Pero lo cierto es que las cifras, durante el desarrollo del proyecto Life, se quedaron muy lejos de estas cantidades. En concreto se liberaron en los montes cinco, de los que cuatro murieron y uno se perdió. Así, durante estos años la especie ha pasado de estar en peligro de extinción a peligro crítico, el último peldaño antes de su desaparición total. Con este panorama, las medidas de urgencia que ahora toma el Ministerio son la última esperanza para la recuperación del urogallo cantábrico. Ahora desde el Principado se está llevando a cabo un recuento de la especie para saber cuántos ejemplares quedan vivos y dónde se concentra esta población. El nuevo censo, que se finalizará en los próximos meses, apunta a que quedan menos de trescientos machos en toda la Cordillera, una cifra que alarma a los biólogos y que ha llevado a tomar el ejemplo de Polonia, para que con estas nuevas técnicas se pueda salvar a la especie.

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