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Oriente Medio consume al año 10.000 reses asturianas cebadas en España

El auge de las exportaciones de ganado vivo logra equilibrar los precios en un mercado que pierde demanda en toda Europa, resalta el sector

Oriente Medio consume al año 10.000 reses asturianas cebadas en España

Los puertos de Cartagena (Murcia) y Tarragona se convierten varios días al mes en granjas improvisadas a las que llegan miles de reses que embarcan con destino a Oriente Medio. Lo hacen en barcos especiales que son auténticas ganaderías flotantes. Entre los 200.000 bovinos españoles que zarparon en 2017 rumbo a Libia, Argelia, Líbano, Marruecos y Turquía, figuran 10.000 ejemplares de la raza asturiana de los valles nacidos en explotaciones inscritas en la Indicación Geográfica Protegida Ternera Asturiana.

No son los únicos representantes de Asturias en esa pasarela vacuna que va directa a los puntos de sacrificio de los países musulmanes sin mataderos como los europeos. Los distribuidores reparten las reses por carnicerías y granjas en las que se aplica el método "halal", con una serie de normas muy claras establecidas por la religión mahometana. Ésa es la razón principal por la que estos países compran mercancía viva que, por cierto, pagan generosamente. Así lo afirma el empresario murciano Sebastián Hernández, de Bovisa, uno de los principales exportadores de ganado de España que operan desde el puerto de Cartagena. "Nosotros no compramos directamente en Asturias. Los ganaderos venden las reses a cebaderos que luego nos abastecen; el ganado viene con el crotal de Asturias y además de reses de razas autóctonas (asturiana de los valles y de la montaña), hay muchos cruces con toro limusín".

En la IGP Ternera Asturiana reconoce que existe esa "fuga de ganado, que sería susceptible de venderse bajo el paraguas de la marca, pero, aun así, destacan el crecimiento del 1% en la comercialización en un ejercicio difícil. "Lo importante es que nos consolidamos y crecemos. Venimos de años con incrementos del 10% y ese ritmo es difícil de mantener", señala Elena Cebada, gerente de la IGP.

Sebastián Hernández también sabe de las dificultades de ganar cuota de mercado en España y conoce bien el mercado árabe que se reabrió al país en los primeros años del siglo, coincidiendo con la crisis de las "vacas locas". "Los precios bajaron mucho en España y los árabes volvieron a comprarnos, animados también por la calidad del producto y para sortear la subida de tarifas en los países sudamericanos y la alta cotización del dólar". Desde entonces el mercado se mantiene, con oscilaciones, en función de los vaivenes internacionales y la competencia de fuera de la UE.

Hernández considera que las exportaciones de reses vivas a los países árabes está jugando un papel esencial para estabilizar los precios del vacuno de carne en España y en el resto de la Unión Europea. De la misma opinión es Jesús Casas, director general de Desarrollo Rural del Principado, quien califica de "estupenda noticia para el sector" el incremento de las exportaciones. "Sobre todo en un momento en el que el consumo de carne tiende a bajar por las modas alimentarias y otros factores".

Casas considera que la IGP Ternera Asturiana no sale perjudicada con ese éxodo de terneros que salen cada año de la región. "Más bien debemos destacar que aun en circunstancias difíciles la IGP creció un uno por ciento en 2017 y vendió 24.000 terneros". Para Casas, resultaría complicado poner en el mercado otros 10.000 terneros con el escenario actual. "Más si tenemos en cuenta que la carne de la IGP debe ser un producto fresco que no admite congelación, lo cual limita el radio de ventas". A las vacas de la región le ocurre como a muchos jóvenes universitarios. Emigran para cumplir un destino que inician en el barco-granja, en una travesía de seis u ocho días, según el estado de la mar. "Las condiciones de transporte son muy buenas; están como en un mercado de ganado", indica Hernández. "A todos les interesa que los animales lleguen en óptimas condiciones; desde el Ministerio de Agricultura se cuida mucho el proceso", explica Casas. Otra razón que justifica las exportaciones es la mayor rentabilidad que obtienen los ganaderos. "El ternero que se paga aquí a 500 euros se puede llegar a vender por 800 o 900", asegura el director general.

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