S. FERNÁNDEZ

La multinacional Arcelor-Mittal retrasa a enero el informe de las consecuencias reales de la venta del servicio de informático a la empresa CSC. Ayer se reunió en Madrid el comité social de la gran siderúgica en España, tal y como se había acordado la semana pasada en Luxemburgo. Según los sindicatos convocados, la reunión sirvió para dar cuenta de lo acordado en la sede central, «pero nada más», comentó Alberto Villalta, representante de UGT en la factoría de Gijón. «Les pedimos que hicieran los deberes, que pusieran por escrito, con nombres y apellidos, quiénes son los afectados por esta medida», apuntó el sindicalista. La dirección se comprometió a aclarar las dudas de los trabajadores en la próxima reunión.

La venta del servicio de informática y su centralización afecta a cuatro centenares de trabajadores de la gran siderúrgica en toda Europa, la mayor parte de ellos, en Francia. La externalización roza España, aunque es la factoría de Avilés en donde repercutirá más gravemente las decisiones hechas públicas la semana pasada. Serán cuarenta y cuatro trabajadores los afectados por la reorganización, seis de ellos, en Vizcaya, el resto, en el Principado. «Reclamamos que ningún trabajador deje Arcelor de formaa obligada», comentó Villalta a su regreso del encuentro.

La reconversión del servicio de informática de Arcelor decidida la semana pasada en Luxemburgo es la sexta en pocos años. Finalmente, quedaron fuera los servicios de telefonía y redes. CSC se quedará con los sistemas informáticos. No se ha dedicido cómo se centralizará el servicio y qué país acogerá a la empresa.