Myriam MANCISIDOR

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, se ofreció ayer en Avilés a buscar «una solución consensuada y dialogada» en defensa del Centro Niemeyer. Pocos minutos antes de entrar a la función matutina de «Ricardo III» en el teatro Palacio Valdés, González-Sinde sentenció, con gesto relajado, que desde el patronato de la Fundación -entidad de la que forma parte- «se pueden encontrar vías equilibradas de diálogo que permitan la continuidad de este equipamiento cultural de primera línea en nuestro país». La ministra de Cultura hizo alusión en todo momento a la «controversia» generada en torno al Niemeyer, una polémica alimentada días atrás por las duras críticas realizadas por el consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, a la gestión del complejo y a su programación y que tiene como telón de fondo el control de un centro que anuncia su cierre en cuestión de días si Cultura no tramita la cesión de los edificios a la fundación que los gestiona.

González-Sinde llegó al odeón avilesino arropada por el presidente de la Fundación Niemeyer, el empresario Manolo Díaz; el edil de Cultura, Román Antonio Álvarez, y la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, de quien mimetizó su actitud conciliadora. Al igual que ésta, la ministra de Cultura abogó por el diálogo como arma para solucionar el enfrentamiento por la gestión del centro cultural. Reconoció, eso sí, que por el momento no ha mantenido ningún contacto con el Gobierno regional de Francisco Álvarez-Cascos, de Foro Asturias. «Hasta ahora sólo tuvimos una convocatoria del patronato que se hizo hace dos semanas de manera expeditiva, lo que impedía realmente poder presentarse, pero estamos abiertos a las conversaciones, reuniones o celebraciones de patronatos que hagan falta porque consideramos que el Centro Niemeyer es fundamental para Asturias».

La ministra de Cultura destacó, además, que el complejo cultural avilesino «ya se ha hecho un hueco en el panorama cultural nacional y tiene repercusión en la actividad económica de Avilés». Y fue más allá. A juicio de González-Sinde, los equipamientos culturales ya no cumplen el mismo papel que hace años -puso de ejemplo la época en la que se construyó el Palacio Valdés, a principios del siglo XX- «cuando los teatros servían una función de escaparate de la burguesía». «Hoy en día los centros culturales permiten el acceso a la cultura de todos los ciudadanos y, simultáneamente, permiten ser motores de la economía y transformar la economía industrial o pesada en una industria basada en el conocimiento», subrayó la ministra de Cultura. Por este motivo defendió el Niemeyer «como un lugar óptimo para ese futuro del conocimiento multidisciplinar».

«La apuesta del ministerio de Cultura en Asturias siempre ha estado ligada a la recuperación del patrimonio en el caso del Prerrománico, Tito Bustillo y tantas otras inversiones que hemos hecho en estos últimos años. A la par hemos hecho una apuesta de futuro con centros como La Laboral o el Niemeyer, que nos parecen fundamentales para la transformación económica y la generación de empleo», dijo. Casi como colofón a su declaraciones a los periodistas, Ángeles González-Sinde valoró que, desde su apertura, el Centro Niemeyer «ha dado a Avilés una mayor presencia en el mapa de España». Y tuvo también unas palabras para el autor de este proyecto, el arquitecto brasileño que dio el nombre al complejo cultural, al que definió como una persona «con una profunda conciencia social y política».