Todavía estoy perplejo ante la mezquindad de los términos con los que el señor Román daba respuesta a mis reflexiones sobre el Niemeyer. Lo lamento mucho, pero yo ni puedo ni quiero estar a su altura en lo que a descalificaciones personales se refiere; la gente que me conoce sabe bien que ése no es mi estilo; yo soy más de razones y de argumentos que de insultos.

Como portavoz de IU, mi carta sólo pretendía cumplir nuestra obligación de posicionarnos con claridad sobre el enquistado conflicto del Niemeyer y hacerlo, además, políticamente, tratando de huir de partidismos estériles. Así lo han sabido entender muchos avilesinos y avilesinas de todas las ideologías que me han hecho llegar su apoyo.

Sinceramente, Román, no sé a qué viene una respuesta tan airada como la tuya, cargada de mala baba y de truculentos juicios de valor que a nada bueno conducen, pero que, en todo caso, dado que pueden inducir a la confusión sobre mis opiniones, me veo en la obligación de hacer algunas puntualizaciones.

Como bien sabes, Román, IU fue la fuerza política que impulsó la reivindicación de que Avilés, hasta entonces una ciudad abandonada a su suerte, contase con un equipamiento cultural de carácter regional. Para lograrlo, primero creamos la Plataforma Pro Centro de Arte y después, incluimos su construcción como una condición irrenunciable para que en Avilés pudiese darse el primer pacto de gobierno PSOE - IU. Por lo tanto, nos consideramos más que legitimados para opinar y defender un centro que probablemente sin nuestro trabajo nunca se hubiera construido.

De la respuesta de Román, aunque no lo pretenda, se evidencia cuál es uno de los problemas que están haciendo imposible que se alcance una solución dialogada al conflicto: los socialistas consideran el Niemeyer como parte de su propio patrimonio; como el centro se hizo gracias a ellos, a Álvarez Areces, consideran normal su exigencia de quedarse con él, lo que, a mi juicio, representa un clarísimo error de concepto, propio de gentes endiosadas que, tras haber gobernado siempre, tienden a considerar como suyo el dinero público que administran.

En mi carta yo no hacía ni una sola referencia a Foro; en cambio, la de Román está plagada de ellas. Cada uno es muy libre de tener sus propias obsesiones, pero yo únicamente pretendía subrayar mi criterio de que, independientemente de cuál sea su color político, el Niemeyer pertenece al Gobierno regional, puesto que fue quien lo construyó y quien está obligado a financiar mayoritariamente su actividad.

Señor Román, en IU respetamos las reglas del juego, por eso acatamos, aunque no nos gusten, los resultados electorales. Nosotros somos demócratas convencidos, no demócratas de conveniencia.

Como muchos avilesinos y avilesinas, estamos asistiendo con frustración al grotesco espectáculo que desde nuestra ciudad estamos dando al mundo. Cuando en mi carta hacía referencia a la necesidad de «garantizar la continuidad» en el centro, sólo pretendía hacer un llamamiento a las partes para que, de producirse cambios, estos se concretasen, como en la Laboral de Gijón, mediante una transición pacífica sin interrupciones en la programación y sin deteriorar gravemente la imagen pública del Niemeyer.

Estimado Román, como tú sabes, en IU somos radicalmente contrarios a las privatizaciones, las promueva quien las promueva, sea el Foro con la TPA, o el PP y el PSOE con el agua o con el Niemeyer. Por eso, fuimos coherentemente los primeros en oponernos a que se despojara a las administraciones públicas de su mayoría en el patronato de la fundación y por eso nos opusimos, también en el seno del Gobierno Asturiano, a que se cediese por 50 años la gestión del Niemeyer a la privatizada fundación.

Desde luego, no es nuestra la culpa de que todos los partidos, sindicatos y organizaciones empresariales de la ciudad se hayan descolgado de las movilizaciones que lidera con su presencia la Alcaldesa; tan sólo pretendíamos subrayar la necesidad de reflexionar sobre el sentido de continuar con una estrategia de la tensión partidista que ha conducido el conflicto del Niemeyer a un callejón sin salida.

Es cierto que consideramos excelente la programación del Niemeyer, pero no es menos cierto que, pese a haberla solicitado en reiteradas ocasiones, carecemos de cualquier información respecto a las cuentas. Román, sé perfectamente que tú y la Alcaldesa ponéis la mano en el fuego por los gestores de la fundación, vosotros sabréis los datos concretos de que disponéis para hacerlo. Pero como para nosotros la transparencia en la gestión del dinero público es fundamental, cumpliendo con nuestra obligación de velar por el interés general, sólo podemos decir que tanto oscurantismo nos induce, como poco, a la sospecha.

Cuando decimos que hay un empecinamiento de las partes y que eso no es bueno para nadie y mucho menos para el Niemeyer y para Avilés, no estamos haciendo un juicio de valor, sino que nos limitamos a constatar la realidad. El Gobierno asturiano se mueve entre las meteduras de pata y una indefinición más temeraria cada día que pasa, mientras que la Alcaldesa se empecina en condicionar un posible acuerdo a la continuidad de un presidente y un equipo gestor que sabe positivamente que la otra parte rechaza.

Insisto, así no podemos seguir ni un día más; Avilés se merece menos electoralismo y más diálogo institucional para buscar soluciones conjuntas a sus problemas.

Me gustaría concluir, señor Román, rogándole que dedique parte de sus muchas energías, en vez de a tratar de desacreditar a sus adversarios políticos, a, por ejemplo, dar una solución al Museo de Avilés, cuyas obras, para su vergüenza, llevan más de cinco años paradas.