Mónica G. SALAS

Al igual que los tripulantes del «Estrella Polar» de la serie de televisión «El barco», un total de 41 estudiantes universitarios de Asturias y Portugal se embarcarán hoy en el proyecto de la Universidad Itinerante de la Mar (UIM), que este año lleva por título «El océano ibérico. Las Azores, un peldaño en la conexión americana». Los jóvenes viajarán hasta la localidad portuguesa de Ílhavo, desde donde partirán el domingo 5 de agosto y concluirán su aventura el 24 de agosto en Lisboa. Durante esos días, el navío «Creoula» se convertirá en un espacio donde los estudiantes «podrán adquirir conocimientos sobre la mar, así como fomentar el trabajo en equipo», tal y como explicó ayer María Jesús Álvarez, consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos, presente en el acto de inauguración celebrado en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés. En él también estuvo Román Álvarez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad, que destacó la importancia que tiene el curso para Avilés, ya que «recupera la tradición de la ciudad por la mar».

La conferencia «Las campañas de pesca de los boniteros asturianos en el océano ibérico» de José Ramón García, director del museo Marítimo, abrió la celebración explicando la conexión existente entre Asturias y Las Azores a causa del bonito. García también habló de la importancia que esta especie ha tenido a lo largo de la historia en la región por «su abundancia, su cercanía, su duración en la costa y su aprovechamiento alimenticio».

La Universidad Itinerante de la Mar homenajeó a dos pescadores asturianos que faenaron en aguas de las Azores, Florentino Istillarte y Pepe Méndez. Ambos estuvieron largas temporadas en alta mar en condiciones deplorables. «No teníamos los medios que hay ahora», señala Pepe Méndez. «Había poca comida, teníamos que dormir con la ropa húmeda y no había servicios», añade Florentino Istillarte. Juan Alvargonzález, de 92 años y presidente de la fundación que lleva por nombre su apellido, fue otra de las figuras protagonistas en el acto; se le concedió una metopa «por su espíritu pesquero y emprendedor», en palabras de Vicente Jesús Domínguez, vicerrector de Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo. Su hija, Cecilia Alvargonzález, fue la encargada de recoger el galardón.

Por quinto año consecutivo, el buque-escuela lucirá una Bandera Azul, la que se entregó ayer a Eduardo Pereira, cónsul de Portugal en León. Como colofón a un día muy pesquero, la agrupación coral «Amigos de Sabugo» interpretó la Salve Marinera, entre otras piezas.