Francisco L. JIMÉNEZ

El análisis de los nuevos valores catastrales de Avilés, que desde hace unos días pueden ser descargados de Internet o solicitados en las oficinas habilitadas a tal fin por toda la ciudad, depara la sorpresa de comprobar que los técnicos del Catastro (un organismo dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas) han revalorizado de media los inmuebles en un 96%, un porcentaje muy parecido al que se aplicó en Gijón hace sólo cinco años generando de aquella un fuerte rechazo vecinal. Mucho más atrás en el tiempo -1996- queda el «catastrazo» de Oviedo, una actualización catastral polémica donde las hubiera con revisiones del valor de los inmuebles de hasta el 318%.

La revalorización catastral de Avilés adquiere su verdadera dimensión cuando se la compara con el 47% de subida media del valor catastral aprobado recientemente para Oviedo (cuya revisión se hizo en paralelo a la de Avilés) o el 74% de actualización practicada hace sólo un año en Madrid, la capital del reino. Varios profesionales del sector inmobiliario de la ciudad consultados por este diario se declararon críticos ante semejante alza de los valores catastrales y no dudaron en asegurar que no responde a la realidad urbanística de Avilés sino «a intereses recaudatorios».

Un somero filtrado de los primeros valores catastrales comunicados a los vecinos de Avilés revela que si bien el valor de las construcciones ha aumentado sólo del orden del 30 por ciento, en el caso del valor del suelo las cifras se disparan de forma ostensible. Este diario ha tenido acceso a tres certificaciones catastrales aleatorias de viviendas sitas en los barrios de La Magdalena y Versalles y en el centro de Avilés y los porcentajes de incremento del valor del suelo resultantes llegan a quintuplicar el valor original. Así, la revalorización del suelo en la calle de Valdés Salas es del 279,4%; en la calle Auseva, del 342,6%; y en la calle de José Cueto, del 393,6%.

Luis Esteban Alcalde, vocal del sector de la construcción en la Cámara de Comercio, asegura que estos porcentajes de incremento catastral aplicados al suelo de Avilés «no son de recibo porque no responden a la realidad urbanística del concejo». Alcalde opina que el valor de mercado de los solares «es más bajo hoy que hace once años debido a la depreciación que causó la crisis, por lo que el valor catastral debería de evolucionar en el mismo sentido, no en el contrario». Además, este constructor sospecha que el objetivo de la Administración no es otro que «hinchar los valores catastrales para aumentar la recaudación de los tributos que utilizan ese dato como base imponible».

Una actualización como la practicada en el valor catastral de los inmuebles avilesinos, que supone en la práctica duplicarlos, tendrá consecuencias económicas para los propietarios. La más obvia es que el valor catastral sirve de base para el cálculo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y éste, con el paso de los años y en función de las decisiones del gobierno de turno, podría subir cada ejercicio un 9,6% aun sin falta de tocar el tipo de gravamen, sólo por la repercusión de cada uno de los diez «escalones» en los que será fraccionada la subida del valor catastral para hacerlo más «liviano».

La concejala de Hacienda de Avilés, Ana Concejo, aseguró cuando se comunicó la revisión catastral que la intención del actual gobierno es modificar a la baja el tipo impositivo del IBI -cosa que, por ejemplo, ya se ha acordado hacer para 2013- al objeto de hacer más llevadero a los afectados el pago de la «contribución» en los años venideros. Asimismo, está previsto introducir bonificaciones y sistemas de pago ventajosos para los contribuyentes.

No obstante, la repercusión de la revalorización catastral realizada para Avilés durará diez años (cada ejercicio irá aumentando la base de cálculo del IBI en un 10 por ciento) y eso, con un aumento medio del 96% del valor de los inmuebles, significa que si algún año el tipo del impuesto no se rebajase de forma proporcional el recibo a pagar aumentaría automáticamente hasta un 9,6%. Eso ya ocurrió en Gijón, pese a las buenas intenciones anunciadas inicialmente.

La localización del inmueble; las circunstancias urbanísticas del entorno; el coste de ejecución material de las construcciones; el uso, la calidad y la antigüedad edificatoria; el carácter histórico-artístico u otras condiciones extraordinarias de la edificación; y las circunstancias del mercado del suelo en la zona donde se halla el inmueble, entre otros.

Los valores catastrales se pueden actualizar anualmente mediante la aplicación de coeficientes que aprueba el Gobierno, pero lo habitual es que los procesos de actualización de realicen cada 10 o más años; en el caso de Avilés, la anterior revisión databa de 2000.

Con carácter general, el valor catastral no puede exceder el valor de mercado.

Los propietarios disconformes con el valor catastral revisado pueden interponer un recurso de reposición o una reclamación económico-administrativa en el plazo de un mes desde la notificación.