E. CAMPO

El mar se hizo río en Galiana. El tema propuesto por los reyes del Goxu y la Faba para el Antroxu avilesino, el mundo marino, se consagró en barcos piratas y embarcaciones pesqueras, vikingos y animales acuáticos de diverso pelaje en un XXVI Descenso de Galiana donde destacó la alta participación del público y la calidad de los artilugios. El ingenio se embarcó y a una noche de viernes floja dio paso a un sábado espumoso, burbujeante y desbordado de entusiamo.

La victoria del concurso fue para la Peña Ébano, habituales en el palmarés de Galiana, con «Privatas del Caribe». El resto de premiados fueron, en este orden, «Juergas en Jaco Submarino» de la Peña Buenavista, «Coustou Facelo», del Abuelo Anselmo, «Gamba Style», de Los Gambiteros, «El Pezón de la Pecera», de La Pecera, «Matarilerilerón Chispón», de la Peña Los de Versalles, «Moby Dick» y «Calamar's Attacks», de Pillarno Corporeison.

Récord de espuma y miles de participantes

Según se iba acercando la hora del Descenso, comenzó el ascenso de niños con trajes de agua y chubasqueros de colores a la espera de la fiesta. Racimos de globos de colores se arremolinaban en el Parche, mientras los más precavidos se preocupan de lo que va a pasar en breves minutos: «Vamos a coger una pingada...» Un caballo pasó a trote lento por la plaza y nadie se inmutó. Cuando jóvenes teñidos de blanco comenzaron a bajar por Galiana, arrancó la fiesta. Los cañones empezaron a proyectar copos hasta completar los 30.000 litros de espuma (5.000 más que el año pasado), y el «Chigre a la vista» con caldo de pita incluido abrió la espita. Bajo una palmera, piratas y hawaianas sin frío bailaron, y con ellos el público, empapado de agua y entusiasmo. Ellos fueron los primeros de 19 artilugios y 328 tripulantes que se enfrentaron al jurado compuesto por Anabel Barrio, Manuel Álvarez, Manolo de la Cera, José Ángel del Río y María Teresa Menéndez.

El baile espumoso, entretanto, se fue instalando en la calle, entre artilugio y artilugio. Los de «Este acuario pierde agua» pidieron más, y su deseo fue concedido. Los ríos de espuma fluyeron libremente entreteniendo la espera hasta la llegada del «Matarilerilerón Chispón» de Los de Versalles, un cofre gigante que se desplazó con dificultad por Galiana. Dentro, piratas y euros se enzarzaron en baile. Más ágiles les siguieron los Pepi Sport con su fauna de costa, mientras los niños, rebozados de espuma, buscaban entre el público un pañuelo en el que limpiar los ojos.

Entre los espectaculares artilugios de grandes dimensiones se colaron Los Piragüinos, en embarcación multiplaza, que en esta ocasión decidieron darse el nombre de «Políticos y administración, todo corrupción». También con crítica incluida -¿Dónde está la paga extra de Navidad?- llegó La Pecera, que tituló a su iluminada raspa de pescado «El pezón de La Pecera».

La Peña del Abuelo Anselmo puso todo su ingenio en un singular artilugio que aprovechaba el desplazamiento de la plataforma para generar movimientos en sus personajes. «Costou Facelo», ya lo advertían en el nombre de la pieza, inspirada en animales de las profundidades abisales. «¡Mal rayo me parta!», protestó una espectadora, cuando las mangueras del «Remolcador de la Pandy» le dieron de lleno en la cara. Sus tripulantes, muy limpios, reclamaron espuma a gritos hasta quedar blancos bajo el cañón. Llevaban flotadores, no había peligro de ahogo. Lo mismo para «El conchón picón», a prueba de remojo.

La bandera avilesina, cruzada por las tibias y la calavera, anunciaba la llegada del siguiente artilugio, los «Avilesinos errantes», que bajaron con ímpetu por Galiana. De cerca les seguían los primos de Vicky el Vikingo, esto es, los de La Hermandad con su vistoso drakkar. Ellos llevaban música de guateque a prueba de cuernos y trenzas, y un temible guerrero abriéndoles paso a mandoblazos. Detrás, otros piratas: los Webones del Discovery, con su «Al a ron daje» en forma de cuba. Sus tripulantes reclamaban «Alcohol» a voz en grito.

Una gigantesca langosta, equipada con cuchillo y tenedor y con iluminación propia, fue la propuesta de Los Gambiteros, que se decantaron por el «Gamba Style» en naranja. Unas gambas de guante blanco condujeron el artilugio por el Descenso. En la recta final del espumoso desfile, la piña de Bob Esponja, cortesía de los reyes del Goxu y la Faba, los del Belenos; la esfinge de brillante mirada de los «Haique»; La ballena transparente «Moby Dick»; el «Calamar's Attacks» de los Pillarno Corporation; el caballito de mar de las «20.000 juergas en jaco submarino»; y para cerrar, los ganadores del concurso: la gigantesca calavera con isla de la Peña Ébano y sus «Privatas del Caribe». El Descenso de Galiana demostró ayer q ue de imaginación no hay crisis, y que hay espuma para rato.